En el Desayuno Nacional de Oración celebrado ayer en Lima, el presidente Pedro Pablo Kuczynski consagró al país, a su familia y a él mismo al Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María.

“Con la autoridad que se me ha otorgado, hago un acto de consagración de mi persona, mi familia y la República del Perú, al amor y protección de Dios Todopoderoso a través de la intercesión del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María”, mencionó.

Fue la primera vez en 21 ediciones que un presidente asistió al desayuno organizado por los Pequeños Grupos de Oración, una iniciativa que surgió en el Senado de Estados Unidos en 1943 y llegó a Perú en 1985.

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El coordinador Aldo Bertello Costa señaló que la intención del desayuno es orar por los líderes, así como “llevar a todos los peruanos un mensaje de optimismo y reconciliación. Todos juntos unidos por nuestro querido país”.

“Ofrezco a Dios Todopoderoso mis pensamientos y decisiones como presidente para que los utilice para el bien de nuestro país y siempre estar consciente de los Diez Mandamientos al gobernarlo”, manifestó el Mandatario.

Y dijo que pedía perdón “por todas las transgresiones que haya cometido en el pasado, todas las que se hayan hecho en el pasado de la República y por todas aquellas decisiones que se hayan tomado estando en contra de sus mandamientos”. (I)