“En realidad no somos exportadores de guitarras, nuestra producción es mínima debido a que lo hacemos artesanalmente, con las manos”, dice Luis Uyaguari Quezada, quien desde los 13 años, actualmente tiene 59, se dedica a la elaboración de guitarras de manera artesanal en Cuenca (Azuay).

Uyaguari, oriundo de la parroquia de San Bartolomé, del cantón Sígsig, también de Azuay, está radicado en la capital azuaya hace 42 años y es donde tiene su taller junto a su hijo Pablo Andrés, quien es la cuarta generación y afirma que mantendrá el oficio.

“Debo recalcar ahora, yo estoy mucho más feliz de lo que era hace diez años. Mi hijo hace unos seis años comenzó con el oficio siendo estudiante de Medicina, estaba por tercer año, pero se dio un cambio total, dejó su medicina y ahora está conmigo”, señala Uyaguari.

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De su parte, Pablo Andrés comenta que en un inicio quería estudiar música, pero por razones del destino se inclinó por medicina, sin embargo, esto cambió, cuando el trabajo de su padre bajó y estaba en auge de las redes sociales.

El joven, de 25 años, que actualmente estudia música en la Universidad de Cuenca, narra que empezó a tomar fotografías del oficio de su padres y a publicarlas y es ahí cuando surge la curiosidad del porqué se produce un sonido musical o por qué tal madera hace que tenga más sonido, fue en ese momento que descubrió su pasión por empezar a construir una guitarra.

El ganador del Primer Concurso Nacional de Construcción de Instrumentos, que fue organizado por la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, narra que esta actividad la heredó de su padre, Julio Uyaguari Vintimilla, quien también siguió los pasos de su padre Idoro Uyaguari Guanuquiza.

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La diferencia de la guitarra elaborada artesanalmente y en máquinas es abismal, indica el azuayo. “En un máquina la guitarra de alguna forma ya sale armada. Nosotros comenzamos, desde luego importando la madera, ensamblando, haciendo un diseño y luego ya la parte técnica está hecha con la paciencia y minuciosidad de un cirujano (...) y eso la máquina no lo tiene”, explica.

Tres meses como mínimo es el tiempo que se toman para la elaboración de una guitarra, mientras que con una máquina se podrían armar mil guitarras al día.

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Las guitarras son elaboradas con madera nacional e internacional.

Cita, por ejemplo, que el pino es importado y lo usan para la tapa armónica, que es en donde se genera sonido, mientras que para la trastapa y aros de la guitarra usan la madera de rosas. En tanto que para el diapasón, utilizan el ébano.

Uyaguari, entre risas, indica que aunque sabe todo en la fabricación de las guitarras no sabe tocar. “Sé algo de la afinación, escucho cuando la guitarra está sonando bien, pero interpretar no”, asegura.

Además de las guitarras, la familia azuaya también elabora otros instrumentos entre ellos: charangos y requintos.

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El taller de Luis Uyaguari se encuentra en Cuenca en las calles Arquímides 2-53 y Abelardo J. Andrade, sector Telecuenca. (I)