La falta oportuna de transferencia de una asignación no reembolsable para financiar la decimotercera edición de la Bienal Internacional de Cuenca provocó que la fecha de la inauguración se desplace del 21 de octubre, como estaba previsto, al 25 de noviembre.

La resolución la tomó el directorio de la Fundación Municipal de la Bienal conjuntamente con el alcalde de la ciudad, Marcelo Cabrera, el pasado viernes luego de una sesión de varias horas y que debía ser el lunes anterior, pero que también se pospuso hasta verificar las nuevas fechas de las transferencias.

Cristóbal Zapata, director de la fundación, dice que la asignación corresponde a un monto de $ 200.000 que el pasado 18 de agosto comprometió el Consejo Nacional de Cultura, a través, del Fondo Nacional de Cultura, bajo la modalidad de no reembolsable.

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Estos se suman a los $500.000 destinados por la Municipalidad y a los conseguidos por autogestión de la fundación, para un monto de aproximadamente de $ 1’000.000 que en total requiere la organización de este evento.

La organización prevé la participación de 50 artistas, quienes según Zapata no tienen inconvenientes para ajustarse a la nueva fecha y pidió disculpas a quienes planificaron estar en Cuenca desde octubre hasta febrero.

La agenda se cumplirá como está prevista en lo relacionado a la movilización de los artistas, talleres, conferencias magistrales, programa educativo y los 20 lugares de exhibición como los museos de Arte Moderno, de la Medicina, Pumapungo, de la Ciudad, entre otros espacios públicos como parques de La Madre y El Paraíso.

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También en espacios públicos como los parques de La Madre y Paraíso. Entre marzo y septiembre del presente año han llegado más de 15 artistas a la capital azuaya a conocer la ciudad, los espacios donde se expondrán las muestras y levantar la información cartográfica-antropológica que permitan definir sus obras, asegura Zapata.

En la actualidad, se desarrolla un programa educativo de vinculación con la sociedad. Se trata de un taller dirigido a profesionales de las ramas humanísticas para formar curadores educativos que acompañarán a los espectadores en el diálogo y lectura de las obras en los espacios de exposición. (I)