Una fiesta montubia con bailes típicos, amorfinos y representaciones artísticas de las tradiciones del campo se vivieron la tarde del pasado domingo en el coso del recinto ferial Jaime Nebot Velasco, de la Asociación de Ganaderos del Litoral y Galápagos, durante la elección del Mejor Jinete del Guayas, evento que se realizó en el marco de la septuagésima segunda feria ganadera en honor a los 196 años de independencia de Guayaquil, indicó la Prefectura en el portal guayas.gob.ec.

Delegaciones

El evento, organizado por la Prefectura del Guayas, a través de su Dirección de Turismo y la Aglyg, convocó durante tres días a delegaciones de caballistas de varios cantones y haciendas de la provincia, quienes demostraron su pericia y destrezas en la monta de caballos chúcaros, caracoleo y monta de toros, entre otros.

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Con el ingreso a galope de Elena Zambrano, reina de la Aglyg, al coso, le precedieron las delegaciones de los finalistas con sus madrinas, ataviadas de vistosos trajes, que llenaron de colorido el ruedo.

Doce representantes de Naranjal, Balzar, Tenguel, El Empalme, Salitre, Puerto Inca, Balao, Yaguachi y Cone se disputaron los $ 3.000 del primer lugar y $ 1.500 del segundo.

La primera competencia fue el caracoleo, el más alto puntaje lo obtuvo Carlos León Delgado, de Yaguachi, quien tuvo el mérito de, sin caerse de la montura, lograr parar al caballo.

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El siguiente concurso fue la monta de caballo chúcaro, en el que el jinete va sin montura y solo puede agarrarse con una mano de la crin para mantener la estabilidad, mientras trata de domar al animal.

Por segundo año consecutivo, el caballista balzareño Wilson Vallejo obtuvo el primer lugar en la competencia de rodeo montubio organizada por la Prefectura del Guayas y la Asociación de Ganaderos del Litoral y Galápagos. Ricardo Ramírez, de Puerto Inca, alcanzó el segundo puesto.

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Feria ganadera

A la par del rodeo montubio en el recinto de la vía Durán-Yaguachi se realizó la LXX Expoferia Ganadera de Guayaquil, en la que participaron criadores a nivel nacional, exhibiendo ganado de pura sangre.

Cientos de visitantes llegaron para admirar los ejemplares y conversar con los criadores que explicaban animados y hasta orgullosos las mejoras genéticas, las razas y características de la vaca o toro de su interés.

La feria ofreció ganado, pero además artículos que iban más allá de los tradicionales sombreros y monturas. (I)

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