El papa Francisco se despide del Cáucaso (zona entre Europa y Asia) después de una intensa agenda cumplida el fin de semana pasado, tras visitar Georgia y Azerbaiyán. En este periplo, el sumo pontífice abogó por la paz y la reconciliación ante la pequeña comunidad católica existente en estas naciones.

Poco después de llegar a Bakú, capital de Azerbaiyán, el papa argentino dio misa en la iglesia de la Inmaculada Concepción, donde está instalado el centro salesiano, única comunidad católica de este país.

Los católicos de este pequeño lugar de población mayoritariamente musulmana, a orillas del mar Caspio, no serían más de 570 según el Vaticano, incluidos 200 nacionales, y su única parroquia solo cuenta con siete curas.

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Prácticamente la totalidad de esta comunidad estaba presente el domingo dentro y fuera de la iglesia para asistir a misa.

“Sois un pequeño rebaño precioso a ojos de Dios”, dijo el papa durante su homilía. “La iglesia entera, que siente por vosotros una simpatía especial, os mira y os anima”, agregó.

El viernes y el sábado pasados, estuvo en Georgia, donde los católicos representan el 2,5% de la población, según el Vaticano. En Tiflis, capital de esta otra nación del Cáucaso, tres cuartas partes del estadio en el que el papa ofició misa el sábado estaban vacíos.

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“Se podría pensar que el papa pierde el tiempo” visitando a estas comunidades, se preguntó ayer al terminar la misa. “Seguro que no”, explicó, entre aplausos. (I)