El escritor ecuatoriano Javier Vásconez se va de gira por tres ciudades de España, para presentar su reciente novela Hoteles del silencio. La obra ya fue puesta en consideración de los lectores guayaquileños, durante la última feria de libro. Vásconez mostrará su trabajo durante la próxima semana en Barcelona, Lérida y Madrid, ciudades en las que hablará de su obra y también compartirá charlas en centros universitarios con escritores, catedráticos y críticos de literatura. La obra fue impresa en la editorial española Pre-textos.

¿De dónde arranca esta novela?
Hoteles del silencio está vinculada a mi novela La piel del miedo (publicada en 2010 y finalista del Premio Rómulo Gallegos), porque el personaje Jorge Villamar, que en La Piel del miedo era muy joven, ahora es un hombre hecho y derecho. Él posee una papelería que se llama París. En una ocasión él ve al otro lado de la calle, mientras cae una lluvia intensa, a una joven que se está empapando. Villamar le invita a pasar a la papelería y empieza una relación, primero de amistad, y luego de profundo amor.

¿Pero la novela tiene otras historias?
Son historias de niños desaparecidos, de llantos, y todo esto está relacionado con los hoteles.

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¿Por qué los hoteles como protagonistas de esta novela?
En un hotel pueden pasar todo tipo de cosas. Es un refugio de adúlteros, de borrachos, de suicidas, de solitarios, de viajeros. Y esta novela está atravesada de hoteles no solamente de Madrid, sino también de otras ciudades.

¿Usted ha tenido experiencias interesantes dentro de los hoteles?
Todo hotel conserva la memoria de todo tipo de experiencias; imagínese si los hoteles hablaran, si pudieran contar todo lo que han visto o han absorbido. En los hoteles ocurre todo. Los hoteles guardan las más increíbles historias humanas.

Usted ha escrito parte de sus obras metido en un hotel, ¿cómo han sido esas experiencias?
Hay un silencio, un aislamiento; una sensación curiosa ocurre dentro de un hotel: uno está aislado de la ciudad, pero, a su vez, uno está en la intimidad. La mitad de La sombra del apostador fue escrita en un hotel de Madrid. Lo mismo ocurrió con El viajero de Praga.

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¿Le inspira el escribir en un hotel?
No sé si me inspira, pero me da el aislamiento; sé que no hay interrupciones, sé que estoy en un territorio neutro...

¿Y hay hoteles famosos para los escritores?
El hotel al que todo escritor aspira a llegar es el Waldorf Astoria, de Nueva York, que todavía existe. Es un hotel mítico en el que han vivido o han estado escritores de renombre. Hay una relación profunda entre los hoteles y la literatura. Esto también ocurre con el cine. Muchas películas han sido filmadas en hoteles. Ahora son los hoteles, antes eran las posadas. (F)

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