Tiene 30 años en la pantalla chica ecuatoriana y no se considera famosa. A la cita para la entrevista con este Diario, ‘la reina de la prensa rosa’ llega tarde (nos recuerda que no le gusta madrugar), con café y celular en mano, con una gran sonrisa, lista para maquillarse antes de la sesión de fotos para esta publicación.

“Cinco décadas bien vividas, sacadas el jugo”, describe Marián Sabaté a los 50 años de vida que cumple hoy y que, según nos cuenta, serán la excusa perfecta para desaparecerse de la faz de la Tierra, ya que ha celebrado previamente con varios grupos de amigos.

Responde sin tapujos nuestras preguntas. Es directa, franca, tal como aparece en su programa ¡Jarabe de pico!, en Teleamazonas. Afirma que a estas alturas no tiene nada que esconder de su vida, ya que todo lo ha contado.

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El paso del tiempo no es problema para ella. Cuando cumplió 30 años, las cirugías estéticas la llevaron por primera vez al quirófano. En ese entonces se operó el busto y se enderezó el tabique de la nariz. De ahí, afirma, se ha hecho alrededor de cinco liposucciones, una manga gástrica y la bariátrica.

“La última cirugía que me hice ni siquiera fue estética, se me reventó una prótesis, en la temporada playera pasada, me levanté un día y no tenía una chichi, fue lo más gracioso (…) Cuando tenga 60 años sí me haría un lifting, para un estiramiento de la cara, pero cuando yo me vea al espejo y diga que ya es una cosa terrible”, comenta la presentadora.

Desconoce si ya han aparecido canas en su cabellera (entre risas dice que el tinturado no las deja ver), pero sí le molestaría verse con arrugas. ¿Se apega a la frase (titular del libro) ¡Mierda, llegué a los 50!? “Al contrario, qué felicidad, llegué a los 50, parezco de 40 y tengo el espíritu de 30”, responde la esposa de Kikín Mero, quien dice que ese sería un buen título para el libro que espera publicar a sus 60.

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Sus relaciones amorosas han captado titulares en los medios. No repetiría ninguna de ellas. “El pasado es pasado”, recalca, pero recuerda con cariño a los que no fueron parte de la palestra pública. Marián afirma que se lleva bien con la mayoría de sus ex. "Lo haré cuando ya los involucrados me reclamen y a mí me importe un pimiento, cuando a mí ya no me afecte. Si voy a escribir un libro de mi vida va a salir mucha gente involucrada”.

“No soy enemiga, ni estoy peleada con ninguno porque creo que, si en algún momento compartiste amor, algo debe quedar, por lo menos una amistad, algo debe quedar rescatable de alguien a quien amaste en algún momento”, agrega.

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A Kikín, su esposo, lo conoce desde que eran vecinos en Urdesa norte. Dice que es el amor de su vida y que llegó en el momento en el que necesitaba tranquilizarse y sentar cabeza. “Él me ayudó, ya era un hombre de mi edad, que también venía de un divorcio, que había vivido muchos años solo en EE.UU., que había tenido varias novias, que había farreado mucho y que necesitaba también tranquilizarse. Entonces éramos dos personas que ya habíamos fregado mucho, nos habíamos divertido”. Cuenta que ahora prefiere una reunión entre amigos en casa que una farra en Montañita.

Caiga quien caiga es la única producción en la que se arrepiente de haber participado, por su formato, contenido y por las polémicas que se generaron, como aquella ocasión en la que Martín Galarza (AU-D) se encadenó afuera de Canal Uno. “Realmente sí fue muy fuerte y a veces había cosas que me hacían sentir muy mal, si tú te vas a sentir mal, si no estás a gusto, si sientes que lo que vas a hacer no es bueno, no debes trabajar en eso”, expresa.

La polémica más fuerte que ha enfrentado hasta ahora, sostiene, es su actual disputa legal con el comentarista deportivo Vito Muñoz, a quien ha demandado por delito de odio, a causa, explica, de unas supuestas publicaciones que este habría realizado en su sitio web en las que menciona a su familia. “Yo no puedo permitir que se metan con mis hijos, yo tengo que poner un precedente”, expresa.

¿Cuál ha sido su mayor logro en estos 50 años? “Haber permanecido 30 años (en la TV), que trabajo en lo que me gusta, que no todo el mundo puede decirlo (...). Mi mayor logro es haber tenido a mis dos hijos, que son mis dos luceros en las noches más oscuras”.

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Marián quiere viajar, recorrer el mundo y redescubrir su país de origen, España. “Yo soy muy de playas, me muero por conocer Filipinas (...), soy española y no conozco las islas Baleares (...), no tengo perdón. Yo tengo que irme un verano a conocer mis propias islas”, dice. (E)

Agradecimientos: Maquillaje: Make up artist de Julio Rangel: 099-436-3812. Vestuario: Bikini Sampedro, de María Fernanda Sampedro: 099-935-3104. Locación: Courtyard Marriott.