Una nueva investigación indica que un hombre de Utah que contrajo zika de su padre enfermo podría haberse contagiado tras haber tocado las lágrimas o el sudor de su padre con las manos, de acuerdo con una investigación publicada el miércoles por la revista New England Journal of Medicine.

La investigación realizada por médicos de la Universidad de Utah dice que el inusual contagio probablemente fue causado porque su padre moribundo tenía 100.000 veces el nivel normal del virus.

El reporte no da una respuesta definitiva a por qué era tan alta la concentración de virus o a por qué el hijo contrajo el virus de una manera no documentada en ningún otro lado. Otras formas de transmisión conocidas son por picadura de mosquito y por contacto sexual. Pero ciertamente ofrece nuevos detalles sobre los acontecimientos que condujeron al caso que ha desconcertado a investigadores.

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TERAPIA POR CÁNCER

El padre, de 73 años, había sido diagnosticado con cáncer de próstata ocho meses antes, señala el reporte. Estaba recibiendo terapia de radiación y hormonal, lo que pudo haber facilitado que el virus se reprodujera, dijo el doctor Sankar Swaminathan, director de la división de enfermedades infecciosas en el Hospital de la Universidad de Utah. Pero Swaminathan señaló que el cáncer y el tratamiento no explican por completo por qué el hombre tuvo tales niveles extremadamente altos.

El hombre enfermó después de regresar de un viaje de tres semanas a la costa del suroeste de México, su país natal que dejó en 2003 para mudarse a Estados Unidos, indica el reporte. El documento, empero, no proporciona el nombre de la persona ni del lugar exacto que visitó en México.

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En México, comió ceviche y huevos de tortuga hervidos, y fue a pescar al océano, pero esos alimentos y sus actividades no tuvieron nada que ver con que se infectara del virus, dijo el doctor Swaminathan. Él y otros miembros de la familia fueron picados por mosquitos, lo que provocó que él y varios otros enfermaran de zika.

Su hijo, un hombre saludable de 38 años, enfermó cinco días después de visitar a su padre en el hospital y fue diagnosticado con zika. Se recuperó y dijo posteriormente a los médicos que había ayudado a las enfermeras a atender a su padre, incluyendo limpiar sus lágrimas sin guantes.

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Ninguna de las enfermeras o médicos que trataron a su padre enfermaron, ni tampoco otros miembros de su familia. Funcionarios de salud e investigadores examinaron mosquitos en el área de Salt Lake City y no encontraron ningún insecto portador de zika. (I)