Identificar, mapear, monitorear y preservar los lugares que incluyen hábitats vitales para las especies de fauna y flora amenazadas en ecosistemas terrestres, marinos y de agua dulce son los objetivos de la nueva Alianza para las Áreas Clave para la Biodiversidad (ACB) anunciada durante el Congreso Mundial de la Naturaleza de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Es la cita que convoca a delegados de más de 1.300 organizaciones, cada cuatro años, para hacer un diagnóstico de las especies y sus ecosistemas y determinar lo que debe ser prioritario conservar.

En esta, la mayor reunión ambientalista que se celebró del 1 al 10 de septiembre en Hawái, Estados Unidos, once de las principales organizaciones mundiales de conservación indicaron que a través de la Alianza se movilizarán más de 15 millones de dólares en los próximos cinco años.

El monitoreo de dichas áreas, plantearon los especialistas miembros de la UICN, permitirá detectar potenciales amenazas e identificar medidas de conservación adecuadas. Además, la Alianza asesorará a los gobiernos acerca de la expansión de su red de áreas protegidas y colaborará con el sector privado para que pueda minimizar y mitigar el impacto ambiental de sus actividades.

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Esta Alianza la integran organizaciones como BirdLife International, Conservación Internacional, el Fondo de Alianzas para los Ecosistemas Críticos, la Alianza de Supervivencia de Anfibios, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, la UICN, NatureServe o el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), entre otras.

El concepto de áreas clave para la biodiversidad desarrolla y amplía el método utilizado por BirdLife International para identificar sus denominadas áreas importantes para la conservación de las aves y la biodiversidad (AICA), así como la iniciativa de la Alianza para la Extinción Cero. La primera, por ejemplo, en los últimos 40 años, ha determinado más de 13.000 áreas terrestres y marinas del planeta. Mientras que el Fondo de Alianzas para los Ecosistemas Críticos ha determinado seis mil sitios más.

De ese total de más de 18.000 áreas clave para la biodiversidad a nivel mundial que a la fecha se han identificado, 109 están en Ecuador. De acuerdo con el Sistema Nacional de Áreas Protegidas del país, en la Costa existen 21 sitios con protección estatal; en la Sierra, 16; en la Amazonía, 11, y en la región Insular, 2: el Parque Nacional y la Reserva Marina Galápagos.

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La propuesta para el país que hace la Alianza para las Áreas Clave para la Biodiversidad, según el listado que consta en la página web de BirdLife International, implicaría la ampliación de la cobertura de estos espacios clasificados como parques nacionales o reservas de tipo ecológicas, de producción de fauna, vida silvestre, de conservación municipal, y marinas. De las 109 áreas identificadas como claves de biodiversidad en el país, al menos 55 no tienen ningún grado de protección ambiental en el nivel estatal.

Los territorios achuar y awá, en el Oriente y Costa, respectivamente; Abras de Mantequilla, un humedal ubicado en la cuenca alta del río Guayas; o el Corredor Ecológico Llanganates-Sangay, entre los parques nacionales Llanganates y Sangay, son algunos de los que centenares de especialistas que participan en esta iniciativa cartografiaron y consideran que se deberían salvaguardar adecuadamente.

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Asimismo, en el listado referido, por ejemplo, entre las áreas del país que sí tienen protección nacional están desglosados sitios que forman parte del Parque Nacional Galápagos, que abarca sus trece islas y zonas marinas.

Inger Andersen, directora de la UICN, señaló que para poder lograr un desarrollo sostenible “es indispensable saber dónde se encuentran los sitios esenciales para la supervivencia de especies amenazadas y por qué revisten dicha importancia. También será dicho conocimiento un elemento crucial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS, de Naciones Unidas)”.

A los que Andersen se refiere específicamente son al 14, que plantea conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos; al 15, que promueve el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y frenar la pérdida de la diversidad biológica.(I)

Para prevenir la extinción de especies y salvaguardar la diversidad de la vida en el planeta es esencial disponer de los datos relativos a los sitios más importantes para la naturaleza”.Patricia Zurita, BirdLife International