La chicha es un símbolo de resistencia para los indígenas quichua hablantes de la comunidad de Zhiña del cantón Nabón, y rescatar su elaboración y uso en los actos cotidianos es un reto en contra de la colonización ideológica, cultural y económica, asegura Arnoldo Sagvay, del Consejo de Gobierno de la comunidad.

Por esa razón esta localidad, conformada por las comunas de Puca y Morasloma, impulsa hoy el III Festival de la Chicha del cantón Nabón, en el centro comunal.

Aunque en los últimos años la población prefiere como actividad económica la ganadería, fue la agricultura la que caracterizó a este pueblo desde su creación, hace 76 años, cuando 237 compradores adquirieron las 10.800 hectáreas de la hacienda a las religiosas corredentoras; y el maíz se convirtió en el principal producto agrícola de su subsistencia.

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“En la época de nuestros abuelos hubo gran variedad de maíz, pero en la actual se cultivan el amarillo y el blanco; el primero es base de nuestra bebida sagrada, la chicha, y el otro base de nuestros alimentos típicos y también sagrados”, aseguró Sagvay.

Con el cultivo del maíz en el último trimestre del año empieza la tradición, se escogen las mejores cepas de la cosecha anterior y se separa en las parcelas el espacio para cada clase de grano. Luego con la cosecha en junio se separan las mejores mazorcas para que sequen y luego de siete meses se cuenta con los granos necesarios para germinar, explicó el dirigente comunal.

Las camas de estera son importantes para que el maíz repose y empiece a germinar. Cuando ya tienen pequeñas raíces están listas para fermentar dentro de los cántaros de barro que pueden llegar a medir más de un metro de alto y en la parte más ancha más de 80 centímetros de diámetro.

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Cubrir estos cántaros con hojas de aliso es parte del secreto de la chicha de Zhiña y sus sectores aledaños, más la receta especial de cada familia guardada celosamente por cada mujer de la comunidad, que es la que se dedica a esta tradición y que en algunos casos aún muele el maíz en enormes piedras para conseguir la harina. (I)