El pasado lunes en el parque Cevallos, en Tungurahua, se celebró el Kolla Raymi (Fiesta de la Fertilidad, en kichwa).

Esta celebración se conmemora cada septiembre para dar inicio a la siembra, antes de la época de lluvias en la región andina. En esta fecha las semillas se colocan en el suelo y un yachak, o sabio, les dispensa energía para que la germinación sea fecunda.

“Es la fiesta de la belleza femenina, de sus valores y su reconocimiento al soporte espiritual y físico de la cultura andina”, señaló Marcia Masaquiza, responsable de Salud Intercultural del Distrito 18D01.

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Se busca que la mujer se conecte con la madre tierra y con la luna, agradeciendo su periodo menstrual como una mujer dadora de vida, sostiene.

“Nosotros creemos en la energía, que el hombre es complementario a la naturaleza y para eso es necesario equilibrar las energías”, asegura Fernando Cabascango, del pueblo quitu-caras. (I)