César Eduardo Pérez | Especial para EL Universo

Laura Pausini arribó al Ecuador aproximadamente a las 21:00 del sábado. Su club de fans, que sumaban casi 30 personas, se había organizado para ir en un bus hasta el aeropuerto Mariscal Sucre, en la capital ecuatoriana, llevándole algunos obsequios como un poncho, una pancarta y varios ramos de flores.

Los fanáticos tenían mucha expectativa por la llegada de la cantante. Entre ellos comentaban estar muy emocionados, nerviosos, pero sobre todo felices, porque es la primera vez que la ganadora en tres ocasiones de los Grammy Latinos (2005, 2007 y 2009) ofrecería un concierto en Ecuador.

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En las puertas de arribos internacionales primero se vio al esposo de Pausini, Paolo Carta, quien llevaba en brazos a la hija de ambos, Paola. Al instante salió una muy sonriente y afable Laura, que se acercó inmediatamente a sus fanáticos, se dio tiempo para saludarlos, recibió las flores, agradeció y firmó varios autógrafos. No faltaron las selfies.

Los fans pudieron disfrutar de la presencia de Laura solo 5 minutos, pero para admiradores como Luis Rivadeneira, quien viajó desde Milagro, fue tiempo suficiente para cumplir su sueño: verla de cerca.

Al preguntarle qué sentía de estar al fin en Ecuador, la intérprete de Amores extraños o Víveme dijo: “Estoy tan feliz; la gente, supercaliente”.

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La interprete italiana tenía previsto ofrecer anoche su concierto, en el coliseo General Rumiñahui de Quito. El espectáculo es parte de Similares, gira con la que recorre varios países de Latinoamérica. (E)