Tiene seis meses sin salir en la televisión y se siente dichoso. Renunció a su programa en CNN en español y confirma haber decidido correctamente. El periodista cubano Ismael Cala se reinventa cada vez que siente, afirma, ha llegado a una zona de confort. Esta semana en su canal de YouTube inició su espacio ‘Cara a Cala’ de entrevistas a diversos personajes. Él vendrá al país el 30 de septiembre para dictar la charla ‘Creer, crear y crecer’, en el Teatro Sánchez Aguilar, en la vía a Samborondón. Antes de su visita conversó por vía telefónica con este Diario para compartir sus planes.

¿En qué cree Ismael Cala?
Yo creo en el desarrollo y en el potencial del ser humano. Creo en el reclamo personal que cada uno de nosotros vino a hacer en esta vida. Creo que cada quien tiene dos herramientas básicas para hacer la diferencia en su entorno, que son la fuerza de voluntad, con la que crea la disciplina, y el libre albedrío con el que crea o celebra más bien su poder de elegir ante cualquier situación.

Dice que sale en busca de nuevos horizontes, ¿por qué el cambio constante?
Lo que me pasa a mí es que yo no me veo como una sola cosa en mi vida. Creo que en nuestros tiempos de vida la reinvención es fundamental (...), yo siempre he ido por más en busca de mi libertad personal y eso es lo que acabo de hacer, fíjate que ha pasado un mes de mi salida de CNN y no ha habido un momento de duda o un momento de resentimiento, de decir, woow, no sé si hice la decisión correcta...

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¿Lidiar con políticos influyó en su salida?
Yo disfruté los retos de entrevistar a políticos porque creo que el acercamiento a ellos que yo tenía, salvo algunas excepciones que se convirtieron en confrontacionales, siempre fue de convertirme en un espejo y que fuera la audiencia que decidiera si había o no una congruencia entre lo que ellos decían y lo que ocultaban (...). Hoy tengo el poder de elegir a quién entrevisto.

¿Y qué sintió cuando habló con Evo Morales?
Pues, lamentablemente, no hubo una empatía. Sinceramente, lamento que esa haya sido la circunstancia, porque yo no soy juez, no pretendo entrar nunca en la posición de un fiscal (...), lo que pasó con Evo, una vez más lo repito, fueron circunstancias dada una cancelación y una arrogancia y prepotencia de su ministro de Presidencia que no nos trató como nos merecíamos.

¿Este impasse no significa que no visite Bolivia?
No, por supuesto que eso no significa eso, porque yo creo que Evo Morales no es el dueño de un país, como ningún presidente es el dueño de un país.

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En su reciente libro habla sobre el analfabetismo emocional, ¿cómo saber si caímos en él?
Primero cuando no puedes reconocer o identificar una emoción cuando comienza (...), cuando las opiniones de otros se convierten en creencia propia y uno no entiende cómo lidiar con el qué dirán y sobre todo cuando emociones como el miedo se instauran como pensamientos limitantes y no nos dejan avanzar.

Dice que está hecho para servir, ¿cómo lo hace?
Yo creo que me costó mucho hacer eso y fue haciendo trabajo de mesero que me tocó hacer por necesidad y que yo no tenía pasión, ni voluntad de hacerlo. Ahí el ego recibió su puñalada y entendí la elección y eso es a lo que llamo un baño de humildad.

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En tiempos de crisis, ¿cuál es la clave para creer, crear y crecer?
Cuando hay tiempos adversos es cuando podemos ver la diferencia entre la naturaleza de los seres humanos (...), yo tengo una premisa que se la escuché decir a John C. Maxwell (motivador): lo bueno es el peor enemigo de lo mejor, entonces por eso yo dejo CNN porque era algo muy bueno, pero creo que yo quería aspirar a algo mejor, que tuviera más sentido con mi vida. (I)

Cuando la vida te da algo que no es tan bueno, te está haciendo una invitación subliminal a que revises qué queda adentro inexplorado de tu potencial, para que desarrolles una nueva área (...)”.