Unos segundos de diversión con un puntero láser podrían convertirse en una lesión muy seria para los ojos, incluso generar una consecuencia irreversible al apuntar directamente a los órganos visuales.

Tres oftalmólogos consultados explican los daños que causan estos dispositivos.

Antonio Ordóñez, especialista del centro médico Ecuamerican, indica que muchas personas que utilizan estos tipos de láser piensan que no son nocivos para los ojos, pero sucede lo contrario, ya que producen daños en la mácula, que es la parte central de la retina.

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“La retina es la que nos permite ver, es la que transmite el impulso nervioso desde el exterior hacia el interior del cuerpo que llega hacia el cerebro”, señala Ordóñez.

Con él coincide Alberto Gil, médico de OftalmoRed, quien comenta que hay varios punteros láser, entre ellos, de luces azules, verdes y rojos, de los cuales el más perjudicial para los ojos es el azul. “La mácula recepta mucho el azul, pueden ser dos o tres segundos y prácticamente hay una quemadura en toda el área de la mácula”, sostiene.

En cambio, Patricio Fabara, galeno del hospital Luis Vernaza y de la Policía Nacional, subraya que el problema del manejo del láser es que este puede causar una inflamación de la zona de la mácula u originar una pérdida de la visión central, con lo que la persona puede quedarse con una visión borrosa permanente.

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En tanto, Ordóñez puntualiza que pueden producirse enfermedades degenerativas como la maculopatía fótica, maculopatía por láser, retinopatía fótica o retinopatía por láser y que estas patologías afectan no solo la agudeza visual, sino además al campo visual.

Aunque la recomendación de los médicos es que por ninguna razón estos dispositivos sean apuntados directamente hacia los ojos, la afectación dependerá del tiempo y de la intensidad con que se recibió el rayo de luz, y según esos factores será definirá la pérdida visual.

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Gil refiere que para que se produzca un daño en la mácula debe estar entre cinco a diez segundos de la exposición de un dispositivo rojo, de acuerdo con datos de la Academia Americana de Oftalmología.

Fabara, por su parte, asevera que el tiempo para que se inicien los problemas de la visión luego de ser apuntados con el láser pueden ser entre 12 y 24 horas, incluso dos o tres días.

El tratamiento para cada uno de estos casos dependerá del cuadro. Fabara señala que lo primero es “tratar de desinflamar el tejido, porque ya quedan las secuelas. No se pueden corregir con lentes”, agrega.

Ordóñez señala que si hay problema de la retina y se produce por desgracia un desprendimiento de esta habría que hacer una cirugía denominada retinopexia neumática. (I)

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