La mayor nariz del mundo la tiene un holandés: 65,9 milímetros de largo mide la napia de Hans Roest y 52,52 milímetros de ancho, lo que suma unos 118,42 milímetros.

El conductor de autobuses Roest defendió con orgullo -y mucho olfato- en la noche del sábado su título de mayor narigón del mundo en una competición que se dirime cada cinco años en un pueblo del sur de Alemania.

El singular torneo de Reichertshofen, una localidad ubicada a unos 70 kilómetros al norte de Múnich, es organizado desde hace cuatro décadas por una asociación que se autodenomina "Primer Club de Narices del Mundo".

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En la categoría femenina se llevó la palma con 103,55 milímetros la heroína local Susanne Kloiber. El evento concitó a narizones y narigonas de distintos países, incluidos Italia, Suecia y Austria.

Narices respingadas, griegas, aguileñas y otras se sometieron al rito de la medición llevado a cabo por el presidente del club con un aparato electrónico. "Cuanto más cuadrada, mejor", comentó Florian Reichart, miembro del club de narigones.

Cualquiera puede participar en este certamen, pero solo ocho mujeres y diez hombres se clasificaron para la final que tuvo lugar ante un público entusiasta.

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Hans Roest retuvo la corona de narigón, pero con un mejor resultado que hace cinco años debido a que las narices crecen con la edad. En 2011 ganó con 118,23 milímetros, 19 menos que en esta edición.

"La gente con nariz grande es gente graciosa y agradable", afirma la campeona Susanne Kloiber, dueña de una nariz larga y no muy ancha con una punta de gancho hacia abajo y un pequeño piercing.

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El torneo también contó con una especie de "control antidoping". "Ya tuvimos a un candidato que se metió algodón en los orificios", relató Florian Reichart. Por ello, antes de las mediciones se inspeccionan las fosas con pinzas y cucharillas.

Roest se alegró de haber retenido el título, pero matizó su triunfo. "En Holanda veo a mucha gente con narices aún más grandes". (I)