Unas 20.000 personas enfermas o discapacitadas llegaron ayer a Roma para su Jubileo, que empezó con el sermón de un sacerdote ciego y sordo.

El Vaticano hizo de este Jubileo de personas enfermas el punto fuerte de la mitad del Año Santo de la Misericordia, que el papa inició en diciembre, recordando la importancia del respeto por los enfermos en la enseñanza de la fe cristiana y el compromiso de la Iglesia.

Esta vez, el Vaticano celebró también desde el jueves pasado un congreso internacional sobre la lepra que reúne a más de 200 investigadores, miembros de asociaciones y víctimas de esta enfermedad y del estigma que suele comportar.

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En los tres días del Jubileo, se prevén sermones y actividades en toda Roma y el Vaticano. Paralelamente, 3.509 voluntarios propondrán consultas de medicina general, dermatología, pediatría y ginecología.

Hoy, en la noche, habrá varios bailarines y cantantes discapacitados que animarán una fiesta sobre el tema ‘Más allá de los límites’ y mañana será la misa, traducida en lengua de signos, que contará con la participación de personas discapacitadas del todo mundo. (I)