Desde la primera vez que cantó con público –en el jardín, cuando tenía 4 años y usaba un disfraz de conejo–, mientras dirigía su propio grupo musical en la universidad, hasta su reciente presentación en solitario en el Teatro Sánchez Aguilar.

Cada paso y escenario en el que ha actuado la cantante guayaquileña Jenny Villafuerte han dado forma a Daniño, el primer disco de la artista, luego de quince años de continua exploración y aprendizaje musical.

En octubre del 2015 comenzó la preproducción del álbum, con la selección de temas y la elaboración de maquetas para definir la instrumentación. La producción de Dañino, dice Villafuerte, terminó en febrero y la masterización se dio en abril de este año.

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“La producción musical estuvo a mi cargo y tuve la colaboración de Xavier Jeldes en la asistencia de producción. La composición de las letras y la música son de mi autoría”, señala la también productora.

La mezcla del disco estuvo a cargo del uruguayo Julio Berta, quien ha trabajado con Jorge Drexler, Ximena Sariñana y Natalia Lafourcade, y la masterización la realizó José Blanco. Él, en cambio, ha participado en las producciones de Lafourcade, Calle 13, Vicentico, Chocquibtown y Julieta Venegas.

Este disco, el primero en su carrera, tiene composiciones de corte pop, pero con elementos de jazz, funk y rock, que se evidencian en melodías como En abril, Nada me consuela, No vuelvo a decirte sí, Quédate, Invierno, entre otras.

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“Creo que Jenny nunca deja de evolucionar. Los estudios musicales que tuve a temprana edad y posteriormente la licenciatura que obtuve en Música Contemporánea me permitieron desarrollar la composición en general. Definitivamente son composiciones más maduras y elaboradas”, agrega. (E)

Creo que he pasado por todo lo necesario para aprender (...), producir mi disco es un sueño que nunca abandoné y ahora es una realidad, lo estoy disfrutando muchísimo.