Roma presenta la primera gran retrospectiva del misterioso artista urbano Banksy, un desafío al irreverente y rebelde artista, que el mundo del arte consagró contra su voluntad.

¿Qué pensará el británico Banksy? ¿Cómo reaccionará? Es la pregunta que muchos se hacen tras la inauguración ayer en el céntrico y elegante Palazzo Cipolla de más de 100 pinturas, grabados y esculturas del insolente artista, procedentes de colecciones privadas de todo el mundo.

Expuestas como en un museo, repartidas en 10 salas, bajo el título Guerra, capitalismo y libertad, la exposición de Banksy genera expectación, después de que sus obras hayan llegado a venderse por más de medio millón de dólares mientras su identidad y rostro siguen siendo desconocidos.

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La muestra, que se prolongará hasta el 4 de septiembre, “no tiene fines de lucro”, precisa la fundación privada italiana que la organizó, Terzo Pilastro - Italia Mediterráneo.

El famoso grafitero, cuya obra mezcla denuncia política, ironía y poesía, rechaza desde sus inicios en los años 90 la comercialización del arte, se niega a exponer en galería y suele criticar a su manera los precios desorbitados que alcanzan sus geniales creaciones, varias de ellas prestadas por sus propietarios.

No se descarta que el artista manifieste su descontento con alguna acción espectacular e inesperada, por lo que los encargados de la curaduría, Stefano Antonelli, Francesca Mezzano y Acoris Andipa, insisten en que se trata de una iniciativa legítima, con un enfoque educativo, porque invita a reflexionar sobre los temas que han inspirado a Banksy: guerra, capitalismo y libertad.

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En las raras entrevistas que ha concedido, Banksy ha confesado el conflicto que le genera el alto valor de sus obras con sus principios, su integridad, y la necesidad que tienen los artistas de vender para sobrevivir.

“La verdad es que Banksy tiene dos maneras de ejercer su arte: una es el arte urbano, el grafiti, que jamás tocamos como regla básica de esta exposición; y otra es el comercial, con obras que vende para comer”, explicó el propietario de la galería de Londres, Andipa Gallery, encargado de la curaduría y seguidor de la obra del artista. (I)