Las embarcaciones llamadas Bellita y Dios me Ayudará son dos de las cuatro canoas que aún se conservan en Babahoyo, la capital de la provincia de Los Ríos, como medio de transporte fluvial.

La época en que las embarcaciones debían llegar a la ciudad como paso obligado para el control del comercio se identifica con cuatro canoeros (tres de la familia Baquerizo), quienes aún se dedican a esta labor en el río Babahoyo.

Sergio Baquerizo, canoero, de 86 años, dice que su jornada comienza en las calles Malecón y Roldós a las 15:00. Ahí recoge a los pasajeros que van hacia las parroquias El Salto, Barreiro y otras.

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Cuenta que en época de clases, la mayoría de clientes son los estudiantes. También están los padres de familia.

Su canoa Bellita, nombre que le puso en honor a su esposa fallecida, es la tercera que usa en los 74 años que lleva con este oficio. Esta embarcación fue hecha de madera, al igual que el remo que lo acompaña a diario. Con el paso del tiempo le puso un motor, que le permite llegar en corto tiempo a los distintos puntos.

“Antiguamente durante las fiestas de la ciudad y las patronales llegaban más clientes, muchos de otros recintos y cantones, quienes disfrutaban de la brisa del río en los recorridos”, cuenta Sergio.

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Dice que mantiene como clientes a agricultores y campesinos que piden los servicios para trasladar sus cosechas de verde, yuca, arroz y de frutas como mango y naranjas.

Dos metros más a la derecha del supuesto está Humberto Baquerizo, su sobrino, quien hace diez años decidió sumarse a la labor de canoero.

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Humberto menciona que su embarcación, denominada Dios me Ayudará, fue construida con madera de guachapelí y laurel. No utiliza motor, sino canalete para remar.

Cada viaje cuesta 25 centavos. “Es el medio de transporte seguro, agradable y más económico”, agrega.

Labora en esta actividad a partir de las 06:00, de lunes a sábado. Dice que hasta las 19:00 recorre más de cien metros en unas 50 carreras.

Los Baquerizo (tío y sobrino) coinciden en que se mantendrán en este oficio tradicional hasta que Dios les dé las fuerzas para aquello. (F)

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