El inconfundible aroma del pan horneado con leña que se esparce por todo Malecón y Eloy Alfaro, en Babahoyo, es la señal de que la panadería La Flor de la Canela ha iniciado su jornada, así lo dice Matilde Roca, moradora y clienta del lugar.

En un horno construido hace 90 años con panela, vidrio y arena de mar, que se mantiene como en sus inicios.

María Castillo, propietaria del lugar, dice que compraron el negocio a su primer dueño, quien estaba enamorado de una peruana, razón por la que le puso La Flor de la Canela.

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Explica que a la entrada del negocio se almacena la leña con la que hornean las variedades de pan que ofrecen. La leña es lo que le da el toque distinto al pan.

“Todos hornean a gas, mientras que nosotros mantenemos el pan con leña, eso da un sabor y aroma distinto y es lo que les gusta a nuestros clientes, por eso nos hemos mantenido tantos años”, dice Castillo.

Entre los más requeridos están el pan de agua, que no tiene grasa, las rosquitas, molde, azucaradas, quesadillas, enrollados y las orejitas.

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Al sitio llegan muchos amigos y familiares de babahoyenses que viven en el exterior. Compran los productos y se los envían, en otras ocasiones los llevan a sus destinos, anota.

Con su esposo, dos hijos y un ayudante, inician la jornada a las 04:00, todos los días, para luego hornear los panes en el único horno de leña que existe en la ciudad. Este trabajo les ha permitido educar y hacer profesionales a sus hijos.

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Entre 200 y 300 panes venden por día, siendo el de agua el más solicitado por su sabor exquisito que mantiene por varias décadas. Su propietaria indica que seguirán trabajando y brindando a los clientes este producto horneado con leña que los ha hecho merecedores de la confianza de sus clientes. (F)