Deleitó con su belleza, canto y baile y fue la estrella del Tropicana. La reina del cabaret más famoso de Cuba jamás aceptó jubilarse y ahora regresó a los escenarios para lanzar un espectáculo al mejor estilo del exitoso Buena Vista Social Club.

A sus 66 años, Leticia Herrera conserva el donaire que le permitió ser vedete del Tropicana por más de dos décadas. En 2003, el cabaret desistió de sus encantos y Leticia se fue para la fría Suecia, donde casi se consume en la nostalgia.

Hace un año decidió regresar a Cuba, según cuenta a la AFP.

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"Llevaba 12 años en Suecia, estaba pensionada, pero me hacía falta el escenario nuevamente", evoca esta mulata de dientes grandes, pocas arrugas y brazos tonificados.

De vuelta a la isla, Leticia confirmó que las vedetes nunca se jubilan y aceptó trabajar con Delia Barroso, una directora de espectáculos de 65 años, en un proyecto que promete prolongar su vida artística.

"Encuentro" reúne a una veintena de bailarinas y cantantes, de 50 a 80 años, con figuras jóvenes para ofrecer la primera muestra de canto y danza de su tipo en la Cuba comunista.

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Ya sin colas de plumas o diminutos trajes, estas mujeres todavía derrochan energía sobre la tarima aunque ni ellas ni el público son los mismos.

Buena Vista Social Club

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La iniciativa tiene semejanzas con Buena Vista Social Club, que congregó y relanzó al estrellato a finales de los 1990 a veteranos músicos de la época de oro de la música popular cubana.

"El Buena Vista fue música y canto, pero esto es canto y danza, y el baile exige un esfuerzo físico grande", comenta Barroso a la AFP.

En el show "hay figuras muy importantes que hace más de 15 ó 20 años fueron olvidadas, bajadas de la escena, porque un director consideró que ya no eran suficientemente jóvenes", explica.

Las que corrieron mejor suerte - agrega - se convirtieron en directoras artísticas, pero otras se dedicaron a limpiar casas, a la costura o a criar nietos.

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Antes de ganar un Grammy en 1998 y convertirse en fenómeno mundial, una de las estrellas del Buena Vista, el fallecido Ibrahim Ferrer, lustraba zapatos en La Habana.

La vedete del Tropicana de los años 80 y 90 vive en un modesto apartamento de La Habana. La pintura de una mulata sonriente, de cintura pequeña y grandes caderas, con un traje diminuto de lentejuelas, domina el lugar.

El lienzo es de Herrera en pleno esplendor. La mujer, que lleva lentes, repasa fotos y videos de su época de oro en Tropicana, donde cantaron estrellas como Nat King Cole, Libertad Lamarque y Celia Cruz, y hoy lo hace la diva del Buena Vista, Omara Portuondo (85 años).

Tropicana

Inaugurado dos décadas antes de la Revolución Cubana de 1959, el Tropicana es un reconocido cabaret a cielo abierto. Fue sitio de encuentro de mafiosos y artistas de Hollywood, y actualmente es uno de los símbolos del turismo habanero.

Además de Herrera, "Encuentro" también sube al escenario a Lucía Subiadur, de 74 años y exprimera bailarina solista del Conjunto Folklórico Nacional, meca de los bailes afrocubanos.

También está la cantante y bailarina Cary Dolet (75), que integró durante 12 años el cuarteto "D'Aida", que tuvo a Portuondo entre sus fundadoras. "Yo estaba muerta", pero "aquí estoy cantando otra vez, bailando otra vez, con mucho amor. Esto es volver a vivir", asegura Dolet.

El regreso al escenario obligó a estas mujeres a perder "15, 20 y hasta 30 libras" (entre 7 y 13 kilos) de peso, según la directora de "Encuentro". Durante tres meses ensayaron hasta casi desfallecer, pero "ahora sienten que es algo maravilloso, que sus vidas han cambiado", dice Barroso.

En el espectáculo de poco más de una hora, que se estrenó a mediados de abril en el Teatro Nacional de La Habana, Herrera interpretó a "Mayeya no juegues con los santos", un clásico que la inmortalizó en Tropicana con sus sensuales movimientos.

"Nunca va a ser igual (...) porque el cuerpo cambia, ya el cuerpo es diferente, pero esto ha sido mágico", dice la vedete.

Tras el estreno, Barroso planea una nueva presentación en octubre y también quiere filmar un documental como el que hizo conocer a Buena Vista. (I)