Rodeada de montañas, casas de adobe, huertas y parcelas en donde el trigo y el maíz destacan entre los demás cultivos, solo el canto de algunos gorriones interrumpe el silencio y los motores de los pocos vehículos que circulan por la productiva comunidad de Las Nieves.

El cultivo de haba, linaza, papas, arveja, hortalizas, ocas, melloco, fréjol no es tan antiguo como el de maíz, cebada, trigo y avena, que son la principal fuente de alimentación de esta población.

Estos últimos se consumen en todas las formas, frescos cuando es época de cosecha, en granos secos o en harinas para conservarlos la mayor parte del año, según Eliceo Cabrera, morador de 70 años de la comunidad de Chayahurco, quien elabora pan desde niño en hornos de leña, una tradición que conserva de sus antepasados.

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Con barro, piedra y paja los abuelos de Cabrera construyeron un horno de leña hace más de un siglo, junto con la casa de adobe que todavía habita él con su esposa, Zoila Cabrera, y algunos de sus hijos y nietos.

Una enfermedad impide a doña Zoila preparar los cuatro quintales de harina de trigo que usaba para elaborar el pan que cada año vendía en las fiestas de Jima, parroquia cuencana cercana a Las Nieves y esto les tomaba tres días, o en los mercados de las demás comunidades los fines de semana.

Pero su esposo volvió a calentar el horno hace dos semanas, con la aspiración de hacer nuevamente el pan, aunque no sea como sustento económico, sino para la alimentación de la familia, aseguró.

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Preparar la masa, que lleva la mitad de la levadura que el pan tradicional, es cuestión de un par de horas, pero calentar el horno con la leña seca que se recoge en los alrededores toma un poco más de tiempo.

Eliceo recuerda que para poder terminar la producción pasado el mediodía, debía madrugar a limpiar el horno con ‘chilco’, ramas verdes de un arbusto tradicional de la zona. Luego de que la leña se convierte en carbón se vuelve a limpiar, para colocar sobre la base la masa que en breves minutos se convertirá en pan.

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Bertha Cabrera, una de las hijas de Eliceo, junto con su esposo y su cuñada lo ayudan en la labor actualmente.

Ellos esperan que para el próximo agosto el pan de sus padres pueda ser parte de la mayor festividad de la comunidad, que se realiza en honor de la Virgen de las Nieves, y entregarlo como ofrenda.

Para llegar a esta localidad, a 70 km de Cuenca, hay dos caminos. Uno es la vía Cuenca-Loja, en la entrada del sector La Jarata, con un recorrido de 15 km. El otro se toma por el centro cantonal de Nabón y se recorre en 25 minutos.

Alicia Aguirre, directora de la Unidad de Turismo municipal, asegura en la última década en este lugar también se crearon invernaderos para cultivar babaco, tomate, manzana y caña de azúcar. (F)

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