Diablumas, chagras, chibuleos, tomabelas, quisapinchas, salasacas, saraguros, afroecuatorianos y más personajes de los pueblos autóctonos son elaborados en forma artesanal a base de desechos orgánicos desde hace seis años, según cuenta Inés López.

Ella explica que las formas de las figuras humanas son elaboradas a base de la cáscara de frutas cítricas: naranja, toronja, mandarina y limón. Además contó que tienen gran acogida los adornos hechos con granos de café y semillas naturales.

López comentó que con la cáscara de naranja elaboran figuras típicas de la zona, inclusive los tradicionales espantapájaros que se aprecian en los campos andinos, así como los típicos canastos. El complemento es la hoja de maíz, que sirve para hacer los tejidos de la vestimenta autóctona.

Publicidad

Resaltó que es importante que una artesanía, además de tener un material único, sirva para que se puedan identificar como pueblo, preservar sus raíces, no solo de Ecuador sino del mundo.

Los tomabelas, quisapinchas, salasacas y chibuleos, en Tungurahua; los saraguros en Loja, los diablumas en Cayambe, son representados en las figuras que realiza.

Para hacer los vestuarios de los muñecos efectuó investigaciones y aprendió, por ejemplo, que parte de la vestimenta de los saraguros es de color negro porque, entre otras cosas, representa el luto eterno que llevan por la muerte de Atahualpa.

Publicidad

Asimismo, los salasacas tienen un sombrero de color negro que se ponen a diario, y otro blanco para las ceremonias.

López añadió que han participado (con su equipo) en grandes exposiciones, en varias ciudades del país a través del apoyo del Instituto Nacional de Economía Popular y Solidaria. También estuvieron en la Feria Internacional de Turismo con la colaboración del Gobierno Provincial de Tungurahua, en la feria Somos tus manos, Ecuador; en la que obtuvieron reconocimiento por su calidad.

Publicidad

Confesó que hace aproximadamente 25 años fue parte del grupo de danza y música folclórica Sentimiento Ecuatoriano, en el que aprendió sobre ritos y vestimentas de los pueblos autóctonos. Luego, cuando trabajó en la Empresa Eléctrica Ambato, formó el grupo Iluminación, que es el que marcó parte de las ideas que ahora plasma en las figuras.

Inés también trabaja junto con su hermana Gladys, una maestra jubilada que afirma sentir satisfacción por transmitir la importancia de los pueblos ancestrales.

Con el apoyo de la Fundación para el Desarrollo, por dos años realizaron talleres en sectores incorporados al turismo comunitario de Tungurahua, Chimborazo y Cotopaxi, donde tienen la materia prima para elaborar las artesanías.

La figura más sencilla se pueda elaborar en cuatro días, mientras que en la complicada se triplica el tiempo. Asimismo, los precios varían desde $ 1,50 hasta $ 55, pues todo depende de los detalles que tenga. (F)

Publicidad