El presidente estadounidense, Barack Obama, tuvo ayer una jornada de socialización con la realeza británica, comenzando con un almuerzo de cumpleaños con la reina Isabel II y concluyendo con una cena ofrecida por un trío que representa el futuro de la monarquía.

Acompañado de su esposa Michelle, Obama llegó en helicóptero a los jardines del Castillo de Windsor, la ancestral residencia real y atracción turística de Londres y donde la reina celebró su 90º cumpleaños el jueves.

La reina bajó del auto Range Rover conducido por su esposo, el príncipe Felipe, para dar la bienvenida a Obama.

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Las parejas intercambiaron saludos antes de subir al vehículo para el corto recorrido hacia el castillo. Adentro, la reina llevó al grupo hacia una sala de estar calentada por una chimenea.

Más tarde, Obama cenó con el príncipe Guillermo, su esposa, Kate, y su hermano, Enrique. Guillermo es segundo en la línea de sucesión al trono. “La reina ha sido una fuente de inspiración para mí”, dijo Obama más tarde en una conferencia de prensa. “Ella es realmente una de mis personas favoritas... una persona increíble”. (E)