Felipe Terán
Especial para El Universo

Si ponemos el número ocho de forma horizontal se convierte en el signo del infinito, esto mismo es lo que pasa con la octava y última película del director estadounidense Quentin Tarantino: la cantidad de posibilidades dramáticas que tiene la historia es infinita.

Los odiosos ocho empieza como un western, un road movie, dentro de un carruaje que viaja por un desierto de nieve para convertirse en una película de suspenso, misterio y un horror desenfrenado que tiene un desenlace extraordinario.

Publicidad

Ocho personajes odiosos y desconocidos se refugian de una tormenta de nieve en una cabaña. Conversan intentando hacerse amigos, bajar las tensiones entre ellos, y salir vivos de esta situación, pero todo termina en disparos, sangre y muerte.

Películas de este tipo dependen de grandes diálogos y de grandes actores para desarrollar la trama.

Así, en Los odiosos ocho se destacan las interpretaciones de todos y cada uno de los personajes, pero merece un lugar especial la dramatización de la actriz Jennifer Jason Leigh en el papel de Daisy Domergue, una asesina que está siendo llevada por un cazafortunas para ser encarcelada y luego ahorcada.

Publicidad

La fuerza dramática que Jason Leigh le pone a Domergue es impresionante y, mientras los otros personajes emplean las palabras para intentar bajar tensiones, ella utiliza su silencio para poner al rojo vivo el conflicto entre todos.

Domergue es un animal primitivo, una rebelde irreverente, una presencia constante en toda la película, es un catalizador de resentimientos, una mujer a la que odiamos al inicio y al final la odiamos ocho veces más. Pocas veces se ve tanta fuerza actoral en un personaje de reparto.

Publicidad

Los odiosos ocho es una película sombría gracias a que Tarantino explota con gran maestría todos los elementos del lenguaje cinematográfico, sin embargo, es la actuación la que se convierte en el gran acierto de esta película.

Liderando este despliegue actoral tenemos a Jennifer Jason Leigh en uno de los papeles más memorables, ojalá la academia piense igual y reciba una bien merecida estatuilla del Óscar como mejor actriz secundaria. (O)