El español Felipe Varela, modisto predilecto de Letizia, puso ayer el broche de oro a la pasarela madrileña con un muy esperado desfile, el primero en 14 años durante los cuales su imagen estuvo totalmente asociada a la joven reina. Un abrigo oversize blanco en crêpe de lana y red de metal, con cuello de zorro rojo dio, de entrada, el tono de una colección atrevida, que busca distanciarse de sus creaciones más conocidas, que atrajeron al desfile a un público maduro. Tras debutar en la semana de la moda madrileña en 1996, Varela abandonó la pasarela en 2002 y no desfilaba desde entonces, por desavenencias con la organización.

Bautizada Crystal army, la colección, con más de 185.000 cristales cosidos a mano, peca en ocasiones de exceso de brillo, con escotes y transparencias en tops, pantalones e incluso microvestidos. (E)