Crimen y castigo cumple 150 años y, para conmemorarlo, una exposición sumerge a los apasionados de esta célebre novela en el universo del ruso Fiódor Dostoievski, con imágenes del San Petersburgo del siglo XIX y objetos vinculados a la intriga de la obra.

El museo Dostoievski, ubicado en el antiguo apartamento del novelista ruso en el centro de la antigua capital imperial, consagra una gran sala a esta exposición, titulada justamente Tocar todos los temas, la cual está abierta hasta finales del mes de marzo.

Crimen y castigo, que se publicó por entregas en forma de folletín a partir de 1866, cuenta la historia de Rodion Raskolnikov, un joven solitario que rechazaba la moral colectiva.

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En esta obra, Dostoievski aborda numerosos problemas, desde las fronteras de la libertad o la legitimación de la violencia hasta el precio de una vida humana. La novela fue un éxito desde su aparición y, traducida en varias lenguas, es una de las obras más conocidas del autor ruso.

En la exposición, el texto integral de Crimen y castigo cubre los muros de la sala, con algunos párrafos destacados junto a objetos, ilustraciones o documentos relacionados con la novela. La atmósfera es a la vez tranquila y oscura.

Según los organizadores, la exposición desvela “tres dimensiones” de la compleja obra del novelista ruso. La primera representa a San Petersburgo, sus casas, sus patios, sus canales y sus tabernas, a través de ilustraciones del pintor Boris Kostigov o fotos de la época.

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La segunda dimensión explica la época en la que ocurre Crimen y castigo, mediante objetos relacionados con la trama como una “tarjeta amarilla”, que la Policía entregaba a las prostitutas con sus nombres, edad, religión y fecha de la última visita médica. Este documento hace referencia al oficio de unas de las heroínas de la novela.

Los visitantes pueden descubrir una recreación de la habitación de la vieja usurera, que el personaje principal mata, llena de objetos evocados en la novela, como un reloj de plata o figuritas decorativas de oro.

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La tercera dimensión es la filosófica y religiosa, que permite al héroe de la novela descubrir el “sentido superior de la existencia”. Del Juicio Final a la resurrección de Lázaro, los temas religiosos abordados por el novelista ruso, un ferviente creyente, también están muy presentes en la muestra. (F)