Julio fue climatológicamente catalogado como el mes más caluroso del año pasado tras haber alcanzado 16,61 grados centígrados (°C), la temperatura más alta registrada en un periodo de 136 años, anunciaba en agosto la Administración Nacional para los Océanos y la Atmósfera de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés). Ese dato hizo que la comunidad científica saltara a concluir que el 2015 sería el año más caluroso desde que en las últimas décadas del siglo XIX se iniciaron los registros instrumentales de las temperaturas medias terrestre y oceánica.

“El 2015 va siendo el candidato a ser el año más cálido de la historia instrumental”, sostenía entonces Rodney Martínez, coordinador científico del Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño (Ciifen), quien en una entrevista a este Diario a propósito del anuncio de la NOAA explicaba que allí incidían El Niño y el cambio climático. “Por un lado, El Niño está contribuyendo a que este sea el año más cálido, pero por otro lado tenemos una señal que ya es indiscutible que es la de cambio climático, es decir, calentamiento global”, señalaba Martínez.

Dos factores

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Luego, en noviembre, a menos de una semana de la inauguración de la COP21 de París, la Organización Meteorológica Mundial publicó un informe que señalaba: “La temperatura media global en superficie en 2015 será, probablemente, la más cálida de la que se tiene constancia y alcanzará el importante umbral simbólico de 1 grado por encima de los niveles preindustriales”. Y atribuía al aún probabilístico récord a “la combinación de un intenso episodio de El Niño con el calentamiento de la Tierra provocado por la actividad humana”.

No se equivocaron. Esta semana la NOAA, así como la Agencia Espacial estadounidense –más conocida por sus siglas NASA– confirmaron que 2015 fue por mucho el más caliente desde enero de 1880, cuando se empezó a seguirle mensualmente el rastro al clima, una aseveración que a su vez aumenta las preocupaciones sobre el paso acelerado del cambio climático en el planeta.

La NOAA afirmó que la temperatura de 2015 fue de 14,79 °C, lo que superó a 2014 por un margen récord de 0,17 °C. Eso es 0,91 °C arriba del promedio del siglo XX. “Fue el récord de calor de todos los años transcurridos entre 1880 y 2015”, reza su informe. “También es el margen más amplio con el que se han superado récords mundiales anuales”, añade el documento.

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Visión de la NASA

Por su parte, la NASA, que monitorea el clima mundial con una flota de satélites y estaciones meteorológicas, confirmó que el año pasado rompió todos los récords de calor de los tiempos modernos, pero por 0,13 °C más que la marca establecida en 2014 y calculó que 2015 fue un récord con 94% de certeza, casi el doble de que tenía el año pasado cuando anunció a 2014 como su marca histórica.

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En 2015, diez meses registraron récords de temperatura respecto de los mismos meses del año anterior. Los picos de calor fueron observados casi en todo el mundo, incluida América Central, en la mitad norte de América del Sur, partes del norte, sur y este de Europa, así como en el oeste de Asia e importantes regiones de Siberia.

La NASA atribuye principalmente estos cambios de temperatura al aumento de las emisiones del monóxido de carbono y otros gases de efecto invernadero. Por este motivo, Charles Bolden, administrador de la Agencia, cree que este anuncio no solo subraya la importancia de su programa de observación terrestre, sino que además “es un dato crucial” a ser considerado por los legisladores y tomadores de decisiones. “Es hora de actuar respecto del clima”, sostiene.

Aunque 2015 es ahora el más caluroso en los registros, fue la cuarta vez en once años que la Tierra rompió récords anuales de temperaturas altas. “(Se) está llegando al punto donde romper el récord es lo normal”, refiere Katharine Hayhoe, científica del clima del Tecnológico de Texas. “Es casi inusual cuando no estamos rompiendo una marca”, añade.

Con ella coincide Michael Mann, de la Universidad Estatal de Pennsylvania. Él cree que un El Niño fortalecido como el de este año puede añadir alrededor de un tercio de grado de calentamiento a la temperatura de la Tierra. “Los récords sucederán durante los años de El Niño, debido al impulso extra de calentamiento que proporciona”, afirma Mann, y agrega que ese impulso “se sitúa sobre la rampa de calentamiento global”.

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Los científicos de la NASA también ven que existe la posibilidad de que este año, 2016, superará al 2015 como el más caluroso en los registros, gracias a El Niño. “2015 será difícil de vencer, pero dirías eso casi cada año y eres sorprendido”, afirma Víctor Gensini, profesor de Meteorología en el Colegio de DuPage, en Chicago. (I)