De 12 a 15 aumentan en este año las partidas (comparsas) que participan en la Diablada Pillareña, que se desarrolla desde hoy hasta el miércoles por las calles céntricas de Píllaro.

Patricio Sarabia, alcalde de Píllaro, recordó que esta manifestación es patrimonio cultural intangible del Ecuador (declarada el 4 de enero de 2009) y que para este año se aspira a que en los seis días lleguen unos 60.000 turistas nacionales y extranjeros, 20.000 más que el año anterior. Para esta ocasión se ha colocado graderías en parte del recorrido, donde se apreciaría mejor las partidas.

Sarabia dijo que cada año hay más jóvenes y niños que participan en las comparsas, una muestra de que esta tradición ancestral crece en Píllaro y en la provincia de Tungurahua.

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Añadió que en el pueblo hay creencias muy enraizadas, como aquella que dice que si alguien baila un año lo tiene que hacer por doce años seguidos, caso contrario correría el riesgo de que el diablo se lo lleve.

“Respeto mucho lo que cree nuestra gente, pero a las personas que les he preguntado (luego bailar por primera vez) me han dicho que los primeros días sueñan un poquito distinto, pero luego se normaliza”, expresó el funcionario.

Darío Guachi, de 25 años, dijo que ha bailado en las partidas de Guanguibana, Escuela de Danza, Robalinopamba, San Vicente de Quilimbulo y en la de Nuevo Rumiguaico. Esto porque al saber de la creencia bailó hasta cumplirla.

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Guachi añadió que para ser parte se debe aprender los siete pasos del diablo, que tienen más movimiento al momento de sentir la música para bailar. También se debe tener doce años de edad. “Sino también les cargaba el demonio”.

Estefanía Morales, técnica de Turismo del Municipio, contó que antes de bailar en el centro de la ciudad lo hacen en las comunidades. Las que participan ahora son: Guanguibana, Chacata El Carmen, Rocafuerte, San Andrés, Tunguipamba, San Vicente de Quilimbulo, Robalinopamba, Guangibana La Paz, Marcos Espinel, La Florida, Tres Esquinas, Santa Marianita, Tres Esquinas La Loma, Nuevo Rumihuaico y Tunguipamba El Rosal.

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Las partidas o comparsas deberán llegar hasta las 13:00 al parque Central para hacer la primera presentación por las calles céntricas. Luego hacen un descanso y vuelven a salir hasta cerca de las 19:00.

Según los seguidores de esta fiesta, la tradición nació como protesta de los indígenas de Píllaro a los maltratos que recibían por parte de los españoles en la época de la colonia. (F)