Tras una cirugía de la vesícula biliar, que conllevó varias presentaciones canceladas, Plácido Domingo conmovió con su presentación la noche del martes pasado al público mexicano que concurrió al Auditorio Nacional en el Distrito Federal, como parte de la celebración por los 55 años de trayectoria.

El tenor español de 74 años regresó con energía tras ser intervenido en octubre pasado luego de sentir molestias durante un ensayo en Nueva York, donde tenía previsto presentarse con la Ópera Metropolitana de esa ciudad estadounidense.

“Estoy todavía dando pasos, pero para mañana ya vamos a correr”, dijo Domingo el lunes anterior, durante una prueba antes del espectáculo.

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“Ya repuesto yo creo que estoy. Ya empecé a cantar hace como diez días. (...) Es un público divino y espero que la pasen bien”, auguró.

La noche del martes, el público recibió a Domingo con interminables y sonoros aplausos. Él en agradecimiento se llevó la mano al pecho.

El tenor cantó el aria Perfidil ...Pietá, Rispetto, Amores de Macbeth, del compositor Giuseppe Verdi, con la Orquesta Sinfónica de Minería.

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En el escenario también se presentó la soprano mexicana María Ketzarava; su voz resonó en este recinto.

El maestro Eugene Kohn dirigió la orquesta sinfónica. Katzarava y Domingo interpretaron a dúo pasajes de obras como La Traviata, de Verdi; My Fair Lady, de Frederick Loewe, y West Side Story, de Leonard Bernstein.

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El concierto estuvo dividido en dos partes. El tenor español interpretó, en la parte más relevante del show, zarzuelas como En mi tierra extremeña, de la obra Luisa Fernanda, y Calle el labio, de la pieza La viuda alegre. Allí el cantante bailó. Fue una noche soñada. (E)