Con la carne no se metan, y con los jamones tampoco. Los productores ganaderos, carniceros y ávidos consumidores del imperio ganadero del Cono Sur ponen en duda el informe de la OMS que considera factor de riesgo cancerígeno el consumo excesivo de embutidos y carnes rojas.

"Es todo mentira. Conozco 200.000 personas que consumen embutidos a diario y no les pasa nada. Hace 50 años que trabajo en esto", dijo a la AFP Alberto Samid, el 'Rey de la Carne', su apodo, un mediático productor ganadero y dueño de un centenar de carnicerías en Buenos Aires y su periferia.

Este personaje de la política y programas de televisión, que se jacta de vender carne de calidad a bajo precio, aseguró que "si fuera así, en Argentina habría epidemia de cáncer y no la hay".

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"Si usted me dice que los embutidos son malos para los que somos hipertensos, le digo que sí por la sal, hay que tener cuidado, pero ¿el cáncer? No lo he notado", dijo, aunque reconoce que carece de rigor científico para discutir a la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los argentinos, que llegaron a consumir 90 Kg al año de carne bovina en los 1990, actualmente bajaron a 60 Kg su promedio de ingesta anual de carne de vaca, mientras que sus vecinos uruguayos redujeron el consumo a 58,6 Kg por año en 2014.

"La carne es un símbolo, es la comida preferida de los argentinos. Sin ella no existimos", dijo Luis Medina, un carnicero que tiene un puesto en la Feria del tradicional barrio de San Telmo.

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Brasil

En Brasil, uno de los mayores productores y exportadores de carne, se come casi tres veces más del producto del que lo hace lo el promedio de habitantes de la Unión Europea, según cifras de OCDE de 2014.

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Hace rato que Argentina dejó de estar entre los diez primeros exportadores globales de carnes, según la secretaría de agricultura estadounidense (USDA, sigla en inglés).

En América, lo superan Brasil, Estados Unidos, Paraguay, Uruguay, Canadá y México, en ese orden.

El informe de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la OMS colocó el consumo excesivo de embutidos o fiambres en el Grupo 1 de riesgo de contraer cáncer de colon, mientras que el de carnes rojas fue incluido en el grupo de "probablemente cancerígenas".

Unos 11.000 argentinos al año padece este cáncer, que es el tercero más frecuente, según datos del Instituto Nacional del Cáncer.

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"No conocemos los argumentos, no sé cuál es el rigor científico, pero a veces detrás del interés central, que es la preocupación por la salud, hay un interés comercial. Es un mundo muy competitivo", advirtió a la AFP Martín Rapetti, productor ganadero y vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).

Argentina cuenta con unas 52 millones de cabezas de bovinos, 12 millones menos que en 2000, pérdida que le preocupa más que el informe de la OMS, afirmó Rappeti. Con 11,8 millones de bovinos, Uruguay alcanza un promedio de 3,47 vacas por habitantes, más que el 1,26 argentino.

En los países del Mercosur está prohibido el uso de anabólicos para el engorde del ganado, a diferencia de Estados Unidos y México, y en su gran mayoría las vacas pastan en praderas y no en corrales de encierro.

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Sin temor en Uruguay

Fernando Pérez Abella, vicepresidente del Instituto Nacional de Carnes de Uruguay, advirtió a la AFP que "confunden la carne con el producto cárnico, por ejemplo una hamburguesa, que tiene aditivos, que capaz que puede tener alguna consecuencia en la medida en que consumas mucho".

"Es tan genérico lo que ellos (la OMS) dicen, que es como decir que (Luis) Suárez es crack mundial porque come carne", ironizó Pérez Abella en alusión al estelar jugador del Barcelona de España y de la selección celeste.

"¡Ni en cohete (ni loco), ni se me ocurre!", exclama Alvaro Ferrés, presidente de la Asociación Uruguaya de Productores de Carne de alta calidad (AUPCIN), al ser consultado por la AFP sobre la posibilidad de dejar de comer carne de vaca.

Ferrés, de 46 años, se jacta de comer "más de un kilo de carne por semana, en todos los almuerzos y en especial en los asados del fin de semana", dijo sobre la carne asada a la parrilla tradicional en los países vecinos del Río de la Plata.

"El estudio dice algo que hace años que se sabe, lo que pasa es que lo agarran los medios y lo transmiten mal", opinó Ferrés. (I)