Los danzantes y caporales dieron vida al Primer Encuentro Intercultural que realizaron comuneros de Santa Rosa, Juan Benigno Vela y Pilahuín, el sábado último, en el complejo de Santa Lucía del cantón Tisaleo, en Tungurahua.

Ahí, a partir de las 10:00, se mostraron danzas ancestrales, música autóctona y rituales.

También hubo espacio para el acto de agradecimiento a la Pachamama (Madre Tierra) y al Inti Sol (Padre Sol) por la producción de los cultivos, por el aire que se respira, por el calor del día y por la vida. Para ello se escogió un lugar sagrado.

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Juan José Lligalo, yachak o sabio del pueblo Chibuleo, hizo la ceremonia ancestral y se encargó de entregarle el bastón de mando a Luis Alfonso Chango, gerente de la cooperativa de ahorro y crédito Mushuc Runa (Hombre Nuevo), quien apoyó esta cita intercultural.

Chango contó que muchos jóvenes de las comunidades indígenas ya no se acuerdan de los danzantes, de los caporales y que ya no hay quien entone las canciones autóctonas con las que se hacían las fiestas o las mingas, como la banda de martillo, cuyos músicos tocan el pingullo y el bombo.

Por eso, agregó, apostó por este encuentro de rescate y fomento de las tradiciones.

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Las órdenes a los danzantes eran dadas por Lucas Ainaguano, quien representó al alcalde mayor de la comunidad Chibuleo San Francisco de la parroquia Juan Benigno Vela.

“Queremos que las fiestas que hacían nuestros padres y abuelos se vuelvan a desarrollar en las comunidades indígenas”, dijo Ainaguano.

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Cristóbal Caluña recordó que los caporales son los encargados de acompañar a los tres Reyes Magos y de llevar también regalos al Niño Jesús. Los personajes de esta fiesta realizada cada 6 de enero son: el negro, el runa (indígena) y doña waricha (hombre vestido de mujer). En cambio, los danzantes son la esencia del Corpus Christi, que se realiza en junio.

En esta fiesta no faltaron los voladores (pirotecnia) y la banda de pueblo 9 de Octubre de Santa Rosa, que pusieron los toques de alegría. (F)