Los obispos participantes del sínodo dedicado a la familia continúan los trabajos para reflexionar sobre los desafíos fundamentales que afectan a la institución más importante de la sociedad y de la Iglesia.

Así lo detallaron ayer en una rueda de prensa, ofrecida en la Santa Sede, los arzobispos de Filadelfia, Charles Chaput; de la diócesis francesa de Lille, Laurent Ulrich, y de Ayacucho (Perú), Salvador Piñero. Con ellos, el vocero del Vaticano, el padre Federico Lombardi.

Monseñor Chaput explicó que se han examinado los puntos del Instrumentum Laboris (documento de trabajo) y de cómo responder de forma realista a las diversas experiencias, considerando además que el texto podría no reflejar de manera clara todas las realidades presentes en el sínodo, según publicó en su web aciprensa.com.

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Agregó que hay una gran preocupación de los obispos por no afectar la sensibilidad de la gente, pero también para que quede clara la doctrina de la Iglesia. El tema de la homosexualidad solo lo abordaron una o dos personas el martes, no se ha hablado de eso aún.

Debemos tener confianza en la Iglesia y evitar ver las cosas en clave “conspiradora” porque el Señor indica el camino, añadió.

Monseñor Ulrich detalló que existen tres grupos francófonos de trabajo y que los problemas de las familias en África también han sido llevados a análisis.

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Para monseñor Piñeiro, hay un ataque certero a la institución familiar. Existe un doble lenguaje. “Por lo bajo, en nuestras legislaciones, se abren puertas para el divorcio civil y el aborto, y nosotros tenemos que apostar por la familia”, recoge aciprensa.com.

En tanto, el papa Francisco saludó en Roma a todas las familias que acudieron ayer a la audiencia general en la Plaza de San Pedro. Mencionó de forma especial a “las de refugiados que han venido desde Irak”.

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Luego de su catequesis, que dedicó a la familia en el marco del sínodo, el pontífice invitó a todos a acompañar y sostener con su oración los trabajos de la asamblea de prelados.

“Queridos hermanos y hermanas recemos para que los padres sinodales sepan obtener, del tesoro de la tradición viva, palabras de consolación y orientaciones de esperanza para las familias llamadas a construir el futuro de la comunidad eclesial”, dijo Francisco. (I)