Con un desayuno light en su domicilio, María Belén Cedeño inició ayer su primer día como la nueva reina de Guayaquil, un cargo que ocupará durante un año y que la llevará a presidir este mes las fiestas por la independencia de la urbe.

La guayaquileña, de 19 años, triunfó ante otras 15 candidatas en una gala efectuada, la noche del sábado pasado, en el Teatro Centro Cívico Eloy Alfaro.

En el evento, Amar Pacheco fue elegida como virreina y Franchesca Hidalgo fue designada Estrella de Octubre.

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Tras la elección Cedeño, que también logró la designación de Miss Sonrisa, se trasladó a su vivienda, ubicada en el sur de Guayaquil, para compartir el triunfo con su familia. La soberana se sorprendió al ver que sus vecinos la esperaban en la calle para felicitarla, algo que la emocionó.

Esta sensación se repitió al ingresar a la casa de sus abuelos maternos (junto a su vivienda) y al ver la foto de su abuela (fallecida) a quien le agradeció porque “desde el cielo” la estuvo apoyando durante todo el certamen de belleza.

La guayaquileña, además, contó con el apoyo de su madre Dora Carreño y su hermano Miguel (presentador de TC), de quien recuerda que desde que era una niña la llamaba reina y la vestía como tal. María Belén es la menor de tres hermanos (dos varones), su madre es economista y su padre (manabita) un militar retirado.

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Sus progenitores se separaron cuando ella tenía dos años y su crianza estuvo a cargo de su mamá y sus abuelos maternos.

Estudió la primaria y la secundaria en el Espíritu Santo y actualmente cursa el segundo año de la carrera de Comunicación Social en la Universidad Casa Grande.

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Sobre su triunfo en el certamen indicó que tal vez se debió a que desde el comienzo se sintió una reina, porque canalizó todo el significado de lo que debe ser una soberana de la ciudad, no solo en lo físico, sino en la forma de ser.

Agregó que aunque su agenda arranca mañana, en enero próximo empezará a preparar su plan de trabajo que se enfocará en una campaña contra el abuso sexual y el maltrato infantil que se aplicaría en escuelas y colegios locales.

“A mí me entrenaría una psicóloga experta en el tema y yo actuaría como una comunicadora, que en el propio lenguaje de los adolescentes les pueda transmitir el mensaje a los chicos”, explicó.

Cedeño recibirá como premio un carro, un collar y un viaje al exterior. (E)

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