La música ancestral trasciende fronteras, estratos sociales e incluso vidas. Un ejemplo de esto es el amor por la tradición sonora del país que tiene Pedro Aguilar, de 52 años. Él creó dos agrupaciones de música folclórica: Pakary y Killary.

Este último grupo fue conformado a inicios de 2010. Se trata de un conjunto femenino de ocho miembros, de entre 14 y 40 años. Ellas entonan instrumentos andinos como la quena, la zampoña y el charango.

Aguilar cuenta que a finales de 2009 su hija Evelyn le propuso armar una agrupación folclórica solo de mujeres. Con esta idea, él emprendió la búsqueda de integrantes, inicialmente con amigas de Evelyn, estudiantes del colegio Consejo Provincial, en Quito.

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El 26 de agosto de 2010, añade Aguilar, se conformó el cuadro musical bautizado como Killary (Luz de Luna, traducción del kichwa al castellano).

Desde entonces, dice, las presentaciones no han faltado. Aguilar manifiesta que junto a las chicas se han fijado viajar al extranjero para seguir difundiendo el folclore nacional.

“A las chicas les enseñé a entonar los instrumentos. El género folclórico ha sido en el país netamente masculino. La gente por eso también admira a este grupo”, indica.

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Hoy, ambas agrupaciones folclóricas se presentan en el parque ecológico de Solanda, al sur de Quito, por el Día del Refugiado. Pakary actuará a las 12:00 y Killary, a las 16:00. Es gratis.

“Con nuestra música transportamos al público al páramo, a las llanuras. Es un caminar entre la diversidad de indígenas y aborígenes, como los otavaleños, los saraguros, los habitantes del Chota”, destaca.

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Aguilar es ingeniero en sonido y contador público autorizado. Está casado con Lourdes Velasco y tiene cinco hijos. Dice que todo está en organizarse para cumplir las metas, en esforzarse y en tener pasión.

En los últimos 17 años, afirma, se ha dedicado a posicionar a Pakary (que significa Amanecer, de la traducción kichwa al castellano), el primer grupo que creó después de pertenecer a otros conjuntos durante más de 30 años.

Él lo fundó junto a un amigo. Este conjunto está integrado por 7 hombres, cuyas edades oscilan entre 25 y 42 años.

“En el sector El Pintado (Quito) surgió la iniciativa, en una charla entre amigos”, refiere.

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Los dos grupos ensayan dos veces por semana. Killary, los martes y jueves. Y Pakary, los miércoles y viernes.(F)