Ella se dio cuenta del grave problema que él tenía cuando esperándola en el salón de belleza fue tres veces al baño, al regresar olvidó que ya acudió y, lo peor, no recordaba dónde estaba. Fue entonces cuando María del Carmen Pazmiño sintió que estaba perdiendo a su esposo Raúl Guarderas.

Iniciaron los chequeos. Pasó por manos del neurólogo, pero fue el psiquiatra quien le diagnosticó, a los 68 años de edad, que tenía la enfermedad del Alzhéimer.

Y vivió 14 años así, al cuidado de una mujer que él no reconocía. María del Carmen Pazmiño tuvo que encontrar sentido en la aceptación, el amor y la alegría. A lo primero no le puso freno ni resistencia, sino que asumió lo que no pudo cambiar.

Publicidad

El segundo pilar le permitió soportar sin peso esa dura tarea y lo tercero le ayudó a tener un alma en movimiento, pues no podía darse el lujo de echarse a llorar.

La historia de Raúl es una de las 58 mil que estima Cecilia Ordóñez, directora del Centro Trascender con Amor, Servicio y Excelencia, una institución que ofrece terapia a los adultos mayores que padecen de Alzhéimer, una enfermedad cuyo día internacional se celebró el pasado lunes.

De este mal que aqueja a miles de adultos mayores no hay estadísticas oficiales. “La única información con la que se cuenta es un estudio realizado, en los países andinos, en 2010. Entonces había unas 73 mil personas con demencia en Ecuador”, dice Ordóñez, quien refiere que lo más cercano son las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos.

Publicidad

De esa entidad se rescató el número de adultos mayores y se unió a los estudios de Alzhéimer Internacional, concluyendo que 58 mil personas estarían con el mal.

El Alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa, en donde mueren células del cerebro. Los olvidos, problemas de orientación, pérdida de capacidad de pensar o ejecutar acciones como no saber cómo utilizar el teléfono móvil son algunos de los síntomas. No es curable y para desacelerar el daño tratan de realizar actividad que permitan conectar las neuronas.

Publicidad

Lo hacen a través de terapias físicas, yoga, tai chi, equilibrio, coordinación, ejercicios con pesas y ligas, ejercicios mentales, de lenguaje, con números, orientación espacial (de ellos y ellas, de sus casas), en el tiempo (cuando nació, historia), dibujos y otros.

Son propensos al mal las personas con sobrepeso, tensión arterial, alto consumo de alcohol, inactividad física y sin dietas saludables, pero sobretodo la edad.

La enfermedad está relacionada con la edad. Se presenta a partir de los 65 años. De dos personas de 85, una pueda tener el mal.

El Alzhéimer no surge de la noche a la mañana; es progresiva y comienza con la pérdida de memoria. Los olvidos aumentan y la gente suele decir que es por cansancio. Lo deja pasar, pero llega un momento en que repercute. Puede, incluso, no recordar qué ya desayunó.

Publicidad

Dependiendo del caso puede medicarse para que la degeneración no progrese rápido, pero no existe marcha atrás. (I)