Siglos de música ecuatoriana se resumen en las interpretaciones de Huasipungo, un centro cultural quiteño que estudia y difunde la cultura tradicional.

Ritmos ancestrales como el yumbo y más contemporáneos como el pasillo pasan por sus instrumentos. Y para ponerlos en escena, sus integrantes dieron el concierto Yupaychishkamanta, en kichwa, (que quiere decir: Desde los agradecimientos de los cantos antiguos), que se hizo el sábado último en la Casa de la Cultura Ecuatoriana.

En este show, cada melodía tuvo su explicación.

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Patricio Robalino Espín, director de Huasipungo, contó que Yupaychiskamanta (en kichwa unificado) nace de las palabras gracias y desde. Y que se trata de cantos aborígenes que se dedicaban a los dioses, en varios ritmos preincaicos.

“La esencia de la música ecuatoriana (de origen preincaico) es el yumbo y el danzante”, dijo Robalino y citó estudios de los investigadores Gerardo Guevara y Segundo Moreno.

Con la conquista de los incas, prosiguió Robalino, llegaron el yaraví y el huayno, que se transformó en sanjuanito.

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También hubo lugar para el danzante, con la canción El danzante de Chimborazo y los sanjuanitos La negra guitarrita y Ñuka Sisagu, que en español significa: Mi florcita.

Instrumentos tradicionales como el pingullo, la dulzarina, la ocarina, el bombo, el chilchil y las pallas se usaron para ejecutar esas canciones.

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Con la llegada de los españoles, agregó Robalino, se introdujo la guitarra y nuevos ritmos como la tonada y el albazo.

La diablada de Píllaro, que en ese cantón de Tungurahua se utiliza para despertar al pueblo y disponerlo para la fiesta, también se escuchó en el show.

El pasillo, añadió Robalino, surgió en la época independentista como una transformación del vals europeo. Enseguida se oyó Lágrimas, del compositor de Latacunga Homero Iturralde, que se caracteriza por fundir una parte lenta, propia del pasillo serrano, y una más rápida y alegre, del costeño.

El pasacalle Pillañerita también fue parte del concierto. Ese ritmo, dijo Robalino, cobró fuerza en la era republicana, cuando las ciudades se consolidaron y los músicos compusieron melodías insignes de cada lugar, como Guayaquileño, madera de guerrero, El chullita quiteño, Ambato, tierra de flores, Soy del Carchi y otros temas.

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La líder indígena Tránsito Amaguaña tuvo su homenaje con un sampedrito, variante del sanjuanito de Cayambe (Pichincha), y un albazo. Así, el público bailó en la tarima. (F)

25
integrantes

de tres generaciones, conforman, en Quito, el Centro Cultural Huasipungo, con 37 años de vida artística.