En las últimas décadas del siglo XIX se iniciaron los registros instrumentales de las temperaturas medias terrestre y oceánica.

Ha transcurrido un periodo de 136 años, tiempo en el que nunca se registraron los valores de calor que se presentaron en julio pasado y que batieron un récord histórico que permite a la comunidad especializada adelantarse a concluir que el año 2015 sería el más caluroso desde que se empezó a seguir el rastro al clima.

La Administración Nacional para los Océanos y la Atmósfera de Estados Unidos (NOAA) lo anunció el 20 de agosto pasado en su informe mensual. Julio, reza el documento de la NOAA, es climatológicamente el mes más caluroso del año a nivel mundial, pero los 16,61 grados Celsius (°C) que este mes del año alcanzó en 2015 ha sido la temperatura más alta de entre los 1.627 meses del expediente que se inició en enero de 1880.

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La combinación de las temperaturas medias de las superficies globales terrestre y oceánica de julio de 2015 estuvo 0,81°C por encima del promedio del siglo XX (15,8°C), que superaba en ese entonces el récord establecido en 1998 por 0,08°C. El informe de la NOAA también indica que la temperatura de todos los julios está actualmente aumentando un promedio de 0,65°C por siglo.

Rodney Martínez, coordinador científico del Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño (Ciifen), aclara que al tenerse registros de temperatura desde el siglo XIX, con base en ese periodo instrumental, estaríamos, en este momento, frente al año más caliente. “El 2015 va siendo el candidato a ser el año más cálido de la historia instrumental”, sostiene.

¿A qué responde este calentamiento? Al fenómeno de El Niño y al cambio climático. “Por un lado, El Niño está contribuyendo a que este sea el año más cálido, pero por otro lado tenemos una señal que ya es indiscutible que es la de cambio climático, es decir, calentamiento global”, señala Martínez. Este ¬afirma¬ está generando un incremento sostenido de la temperatura, que es lo que está sucediendo con el año 2015.

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Lo que, asegura, ni la ciencia logra todavía determinar es cuáles van a ser, finalmente, los efectos de esta combinación de fenómenos climáticos. Pero, indica, El Niño 2015-2016 permitirá ir explorando cuáles son las relaciones entre ambos fenómenos.

Ante esta situación, Martínez refiere que el consenso mundial es que este nuevo El Niño será uno de los más fuertes desde 1950. “Es la primera vez en la historia, al menos desde que estamos estudiando estas cosas, que vamos a tener un Niño de esta naturaleza, de esta magnitud, con el año más caliente de la historia”. Y añade: “El que sea el (año) más caliente de la historia ya no es un tema de la variabilidad natural, ya es definitivamente un tema de cambio climático, ya es acción del hombre. En este momento, buena parte de lo que está pasando con el calentamiento de la Tierra es por El Niño, pero también sabemos que hay una señal ahí del hombre que es el cambio climático que está influyendo sobre El Niño”.

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Sobre el calentamiento de julio en Ecuador, el meteorólogo Carlos Naranjo, director ejecutivo del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), amplía detalles y dice que esto tampoco puede desvincularse de El Niño.

“Sí existió un incremento en la presencia de la temperatura, especialmente en la parte tropical del Ecuador, con anomalías que si bien en el país no rompieron récords históricos, sí estuvieron sobre sus valores normales en el mes de julio”, sostiene el líder del Inamhi, que instaló sus primeras estaciones para monitorear la temperatura del país en 1961, año de su creación.

Aunque hubo incrementos en estaciones en las regiones Interandina y Oriental, donde más los hubo fue en las de la región costera. ¿Por qué? “Porque indudablemente la parte oceánica, el mar, se encuentra caliente ante el desarrollo de un evento El Niño y... por eso los valores están sobre su valor normal”, apunta.

En Esmeraldas, indica, en julio pasado la anomalía fue de 1,5°C. “El promedio normal que tenemos de los 30 años (de mediciones) para Esmeraldas es de 25,9°C y el promedio en julio de 2015 fue de 27,4°C”. También hubo, entre otras ciudades, anomalías en Guayaquil (1,5) y Milagro (2,2), la más alta.

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En Galápagos, además, la temperatura pasó de 23,6°C a 26,5°C, dando una anomalía de 2,9. (I)