Un auditorio lleno. La mayoría de asistentes tenía la energía de los jóvenes, así dijeron entre canción y canción. Eran aproximadamente unos 150 adultos mayores que no repararon en levantarse de sus butacas para mover sus cuerpos, como si se tratase de un baile de los que se organizaban en antaño.

Esto se vio en la hora y media que duró un concierto de música nacional que ofreció la guayaquileña Irma Aráuz la noche del lunes último en el aula magna del campus Las Peñas de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), centro de Guayaquil. Fue en el programa denominado Lunes Culturales.

“Alegre playita mía/ porque eres mía/ te vengo a ver/ te vengo a contar las penas/ te vengo a contar las penas/ te vengo a contar las penas que me ha causado esta cruel mujer”, decía Aráuz, quien entonaba el pasacalle Playita mía.

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Las damas eran las más entusiastas y sacaban a bailar a los caballeros. Cuando la tonada romántica evocaba a los asistentes al reencuentro con pasajes de su vida, como amoríos y aventuras de juventud, ellas movían sus manos. Así revivieron experiencias del pasado.

Pepita Veintimilla, de 71 años, cerraba sus ojos y susurraba la letra de Acuérdate de mí, pasillo de letra y música de Luis Alberto Valencia Córdova.

“Vengo todos los lunes a los eventos de la Espol”, dijo.

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Las luces de colores resaltaban el vestido azul con estampados de la artista, quien habló con el público. “Quiero dedicarle este pasillo a todos porque la vida la tenemos prestada y ya mismo nos vamos”, expresó.

Y enseguida se escuchó: “Por lejos que te encuentres/ llévame en tu memoria/ haz cuenta que mi sombra/ camina junto a ti/ yo seguiré tus pasos/ así calladamente/ así calladamente/ por doquiera que vayas/ acuérdate de mí/ por doquiera que vayas/ acuérdate de mí”.

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El timbre de voz de Aráuz motivó al público. Cada que finalizaba los estribillos, los presentes le devolvían su esfuerzo escénico con un sonoro aplauso. “El pasillo es muy romántico”, manifestó la cantante.

También hubo espacio para los boleros. Ella cautivó a los adultos mayores con Bésame, tema de la mexicana Consuelo Velázquez. “Bésame/ bésame mucho/ que tengo miedo perderte/ perderte después”.

El auditorio volvió a bailar con el tema Palomita errante. “Una palomita en mi corazón/ hizo su nidito/ nido de ilusión”. Los vestidos, de quienes improvisaron como danzantes, se bamboleaban al ritmo de este pasacalle tradicional.

“Ha llegado la hora de despedirme”, advirtió Aráuz. “¡No!”, contestó el público.

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El show culminó con la canción Pobre corazón, tema que avivó más el auditorio. Veinte parejas danzaron. (I)

La música nacional es maravillosa porque revive tradiciones, valores que deben estar presentes en todas las edades. Jóvenes y adultos.Irma Aráuz,cantante nacional