La caza furtiva de rinocerontes en Sudáfrica ha alcanzado cifras récord en los últimos años, superiores incluso a las reconocidas oficialmente, según algunos naturalistas.

El ministerio de Ambiente, que registró 1.215 muertes de rinocerontes por caza furtiva el año pasado, dijo este miércoles que se realiza vigilancia aérea y otros "esfuerzos concertados" para hallar los cuerpos de los rinocerontes muertos.

Las normas exigen que el feto de una hembra embarazada muerta por los cazadores se incluya en las cifras, pero "algunos" pueden desaparecer si los animales carroñeros llegan al cuerpo antes que los investigadores.

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Allison Thomson, fundadora de un grupo contra la caza furtiva, dice que hay casos no incluidos en las estadísticas oficiales, por ejemplo cuando los leones u otros animales de presa matan a cachorros cuyas madres han sido víctimas de la caza furtiva. (I)