El tradicional sonido de guitarras se mezcló con un conjunto de notas musicales de instrumentos de viento, de percusión, entre otros, que al unísono entonaban los pasillos, Acuérdate de mí e Interrogación; los boleros, Obsesión, Perdón y Un bolero; los valses, El camino de la vida, Mal paso y Ódiame; los sanjuanitos, Ñuca Llacta, Viva la fiesta y Los comuneros.

Durante una semana, la Orquesta Sinfónica de Cuenca visitó varias ciudades y comunidades de la Sierra donde funcionan estaciones del tren andino para difundir el valor de la música nacional.

En esta gira, que se realizó entre el 25 y 31 de julio, el trío Los Garles dio el toque típico que caracteriza a estos géneros, sobre todo, cuando en la interpretación resalta el sonido del requinto.

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Los músicos empezaron la gira en Riobamba, en la provincia de Chimborazo; luego acudieron a Mocha, en Tungurahua, y continuaron en Ambato. Visitaron la provincia de Cotopaxi, estuvieron en Salcedo y Latacunga. En la parte final de la ruta deleitaron a los habitantes de Tanicuchí, también en Latacunga; Tambillo, en el cantón Mejía y en Chimbacalle, Quito, en la provincia de Pichincha.

En Ambato, la velada terminó con los pasacalles Ambato tierra de flores y Chola cuencana, que aunque no estuvieron considerados en el repertorio fueron interpretados por pedido del público. Esto puso a bailar a los asistentes. Decenas de parejas animaron más el lugar.

Rosa Zambrano destacó la realización del concierto porque considera que además de disfrutar del espectáculo se ayuda a promocionar la música ecuatoriana.

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Mientras, Hada Zurita dijo que la interpretación de temas con el trío Los Garles es una manera de incentivar elementos importantes como la identidad ciudadana, que se refleja en lo que produce el artista.

El trío Los Garles lleva 10 años de presentaciones en diferentes ciudades del país.

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La Orquesta Sinfónica de Cuenca prevé realizar un concierto similar a fines de este año, en esa localidad. (I)