La cita de un grupo de poetas ingleses a orillas del Lago Leman, en Suiza, y a partir de esa reunión, el surgimiento de algunas de las obras literarias más célebres del siglo XIX y el nacimiento de dos figuras legendarias del género del terror como Frankenstein y El Vampiro, es lo que el colombiano William Ospina plasma en El año del verano que nunca llegó.

Ospina presentó ayer su obra en Mr. Books Quito y hoy lo hará en Guayaquil, a las 17:00, en un encuentro con estudiantes y maestros en la Universidad de las Artes (Uartes).

“Es una novela sobre el nacimiento de la era romántica en Europa, sobre unos acontecimientos que ocurriendo en 1816 en Suiza (...) coincidieron con la llegada de un verano, que no fue verano porque se enfrió todo el hemisferio norte y hubo tres días de oscuridad sobre Suiza”, detalló el autor.

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La aparición de Frankenstein y El Vampiro, a su criterio, marcaron una época y abrieron caminos para otras ideas en la literatura. Para Ospina, lo más interesante es ver cómo se mezclan fenómenos meteorológicos, geográficos, climatológicos, históricos, con hechos literarios y con el nacimiento de criaturas fantásticas.

El escritor, nacido en Tolima, en 1954, mencionó que la obra empezó a gestarse en Buenos Aires (Argentina) y que luego la “rastreó” por Suiza, Francia, Italia e Inglaterra. “Es también la manera de contar mis aventuras por el mundo persiguiendo esta historia o siendo perseguido por ella”, indicó.

El autor, quien ganó el Premio de Ensayo Ezequiel Martínez de Casa de las Américas, en La Habana (2003), en referencia a cómo describiría el texto dijo que: “Es casi como una novela policiaca, en la que lo que se está buscando no es un culpable de unos crímenes, sino las causas profundas del nacimiento de unos mitos”.

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Por primera vez el autor escribe en primera persona y lo justifica así: “Fue un hallazgo para mí (...), me permitió darle un sabor personal y un sabor coloquial y de pronto un sabor más cercano y más directo al lenguaje que utilizaba para narrar todo esto”.

El libro cierra con dos epílogos y una serie de versos. A su juicio los epílogos suelen ser como algunas consecuencias que se sacan de los hechos, y el sintió “que había unas consecuencias de índole literaria, que se podían extraer de allí (de la obra)”.

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De los versos sostiene que son una suerte de antología poética, “que a lo mejor forme ella misma una especie de termómetro emocional” de lo que en la novela cuenta. (I)

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EL AUTOR

Publicación
William Ospina dijo que le tomó cinco años escribir el libro, que se divide en 59 capítulos, dos epílogos y un listado de versos. La primera edición se imprimió en abril de este año, en Colombia. Tiene 295 páginas.

Trayectoria
El escritor ha hecho poesía: Hilo de arena (1986), La luna del dragón (1992). También ha escrito ensayos: La serpiente sin ojos (2012), El país de la canela (2008), con esta obra ganó el Premio Rómulo Gallegos en el 2009.

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