Durante la infancia, la fase del sueño denominada REM (movimiento rápido de los ojos, por su siglas en inglés ) convierte las experiencias vividas en recuerdos duraderos y en habilidades, por lo que es importante para el desarrollo del cerebro, según un estudio de la Universidad estadounidense de Spokane.

Este descubrimiento, publicado en Science Advances, amplía los conocimientos sobre la importancia de que los niños duerman mucho y cuestiona el creciente uso de medicamentos que perturban ese momento, como los estimulantes o los antidepresivos.

El equipo documentó los efectos del sueño en el desarrollo de la visión de los animales jóvenes. Los circuitos cerebrales cambian en la corteza visual cuando el animal explora el mundo que le rodea, pero es en el sueño REM cuando los cambios se fijan, gracias a una enzima que solo aparece en ese momento llamada ERK.

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La experiencia es frágil y los retazos de las cosas vividas tienden a desvanecerse sin el sueño REM, con lo que el cerebro, básicamente, olvida lo que ha visto. Los investigadores dicen que en los niños se da igual. (I)