Ringo Starr, el exintegrante de The Beatles, celebra hoy su cumpleaños número 75.

Richard Starkey, su verdadero nombre, entró a la banda británica en 1962 al sustituir en la batería a Pete Best en el grupo, creado dos años antes por John Lennon, Paul McCartney y George Harrison.

No obstante, Starr, nacido el 7 de julio de 1940 en las afueras de Liverpool, Inglaterra, siempre estuvo a la sombra de Lennon y McCartney y, en menor medida, de Harrison.

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En su contra jugaron el descomunal talento de Paul y John, su propia personalidad, su aspecto físico y su faceta de batería, figura sobre la que se han hecho decenas de chistes para mofarse de su supuesta inferioridad intelectual respecto a otros músicos.

Ringo, además, repitió varios cursos en la escuela debido a que pasó largos periodos de tiempo hospitalizado y abandonó pronto su formación académica para incorporarse al mercado laboral, lo que contribuyó después a reforzar todos los falsos estereotipos.

Aunque antes de fichar por The Beatles, Ringo ya era un músico conocido y admirado en Liverpool por sus trabajos con la banda Rory Storm and The Hurricanes, nunca brilló como sus otros tres compañeros.

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Ellos sí reconocieron su importancia en la creación del sonido ‘beatle’, según escribe en la revista británica The Spectator James Woodall, autor del libro La historia de la última canción de The Beatles.

Ringo ingresó en el Salón de la Fama como parte de The Beatles en 1989 y este año lo hizo por su carrera en solitario.

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En 2011, los lectores de la revista de música Rolling Stone consideraron que Ringo ocupa el quinto puesto en la lista de los mejores baterías de la historia, a pesar de las carencias técnicas que él mismo reconocía tener.

También tuvo cierto reconocimiento como actor en la década de los 70. (E)