Con varios premios Grammy en su casa, millones de seguidores en redes sociales y su nombre en el primer lugar del ranking de ventas, se sabía que Taylor Swift era sinónimo de éxito. Esta semana, demostró que también podría igualar otro término: poder.

Con tan solo 25 años, una carta de la artista hizo cambiar las políticas de un nuevo servicio de Apple en 24 horas. Ella indicó que retiraría sus canciones de la plataforma, pues la compañía no iba a retribuir económicamente el trabajo de los músicos. La empresa no quiso quedarse sin la cantante que rompe récords en ventas y decidió pagar por los derechos de autor.

Pero ¿por qué la voz de Swift sí es escuchada? Quizás porque los otros cantantes no comparten sus cifras.

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El más reciente álbum de la estadounidense, 1989, despachó 1,28 millones de copias en su primera semana. Algo que no se alcanzaba desde hace más de 12 años. Según Vanity Fair, otras cantantes mundialmente reconocidas como Katy Perry o Madonna apenas vendieron 300.000 y 120.000 discos, respectivamente.

A esto hay que sumarle, lo popular que es Swift entre las celebridades. Las cantantes Lorde, Selena Gómez o Ellie Goulding figuran en su lista de amigas. Esta cualidad le permitió reunir en su video Bad Blood a estrellas como Ellen Pompeo, Cindy Crawford o Cara Delevingne.

Su vida sentimental no es menos famosa. Entre sus ex novios se encuentran Joe Jonas, Taylor Lautner, Jake Gyllenhaal y Harry Styles de One Direction. Ahora, su pareja es el DJ número uno del mundo Calvin Harris, quien realiza unos 100 conciertos al año y es imagen de Emporio Armani.

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La reacción de Apple ante las críticas de Swift elevó más su simpatía. La Academia de Grabación y el fundador de sellos discográficos independientes, Allen Kovac, han aplaudido su firmeza. (I)