El apuesto y musculoso Bruce Jenner, cuya foto apareció en Estados Unidos en las cajas de cereal Wheaties un año después de que ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos, ahora decora la portada de Vanity Fair, solo que como Caitlyn Jenner, una atractiva mujer en un corsé blanco sin tirantes.

Aunque no es la primera celebridad (recuerden a Chaz Bono, hijo de Sony y Cher) que cambia de género bajo la luz pública, Jenner encendió el universo cibernético el lunes cuando tuiteó una foto de la portada junto con la declaración de que, a los 65 años, finalmente puede ser ella misma.

Desde la Casa Blanca hasta defensores de los derechos de las personas transgénero, sociólogos y el público general retuitearon rápidamente la imagen, la mayoría con mensajes positivos.

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Incluso algunos que hicieron comentarios ligeros sobre la perfectamente peinada Jenner expresaron que el buenmozo exatleta luce mejor como mujer en la fotografía tomada por la celebrada Annie Leibovitz.

"A todas las mujeres que conozco les ENCANTARÍA tener la oportunidad de tomarse una foto tan hermosa como esta con Annie Leibovitz", dijo Eden Lane, una presentadora y productora de la estación de PBS en Denver KBDI, y ella misma una mujer transgénero.

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Pero lo más importante, agregó, es el impacto positivo que la transición de Jenner parece haber tenido súbitamente para el movimiento transgénero.

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Exatleta

"Cuando conoces a una persona, es más fácil guardarle un espacio en tu corazón y en tu mente. Sólo ser, sin miedo ni odio", expresó. Y casi todo el mundo, dijo, siente que conoce a Jenner.

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Los espectadores de mayor edad quedaron embelesados con el increíble atleta que dominó una de las competencias olímpicas más rigurosas, el decatlón, en los Juegos de Verano de 1976 en Montreal. Más recientemente, el público joven ha recibido con los brazos abiertos al simpático contrapunto del reality show "Keeping Up With the Kardashians". Hasta el pasado diciembre, Jenner estuvo casado durante 23 años con Kris Kardashian, con quien tiene dos hijas.

Su transición se ha ventilado en público hasta la saciedad en los últimos meses. En abril, en una entrevista de alto perfil con Diane Sawyer de la ABC en la que lució nervioso al principio, Jenner declaró: "Sí, para todos los efectos, soy una mujer".

No le quedó más opción que hacerlo de ese modo, dijo el veterano publicista de Hollywood Howard Bragman, quien representó a Chaz Bono cuando la hija de los artistas Sonny y Cher inició la transición de mujer a hombre en el 2009.

"Lo que hay que entender sobre personas como Caitlyn y Chaz es que la mayoría de la gente lo hace de manera privada", dijo Bragman, fundador y director ejecutivo de Fifteen Minutes Public Relations. "Las personalidades públicas no tienen ese lujo. Requieren de mayor valentía para hacerlo, y para hacerlo con clase, y eso es exactamente lo que Caitlyn ha hecho".

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No es algo fácil de hacer, de cualquier modo.

"Aún en la posición de Caitlyn y con la reacción positiva que parece tener hoy, no podemos olvidar que existe mucha gente transgénero que no tiene este ambiente, que a diario teme hasta salir de su casa o ir al supermercado o caminar por la calle", dijo Lane.

Aparte de la violencia, está el daño emocional. Jenner le dijo a Sawyer que consideró suicidarse durante las décadas en las que se debatió con su sexualidad.

"Pensar que ella esperó 65 años para hacerlo público es en sí una tragedia", dijo Julie Albright, socióloga de la Universidad del Sur de California. "Mantener un secreto como ese por tantos años te pasará factura psicológica e incluso física".

El primero en cambiar

Renee Richards, la mujer transgénero pionera que se cambió de sexo en 1975, dijo recientemente que Jenner debe beneficiarse de la era más tolerante en que vivimos.

Richards era un médico exitoso y, al igual que Jenner, un padre y deportista estelar.

Pero tuvo que acudir a los tribunales para que le permitieran jugar tenis en el Abierto de Estados Unidos cuando pasó a las finales de dobles femeninos en 1977. Y dijo que los doctores inicialmente se negaron a ayudarla cuando los abordó como un hombre de 40 años.

"Les daba demasiado miedo", dijo Richards recientemente a la revista GQ. "No podían comprender cómo una persona que había sido tan exitosa en todo, en la medicina, en los deportes, en la vida, como un hombre heterosexual, como esposo, como padre, no podían entender eso".

"Hoy, en esta era", agregó, "lo entenderían". (E)