Dirigidos por Walter Alva, el descubridor del Señor de Sipán, un grupo de arqueólogos peruanos busca descifrar los enigmas del origen de la cultura mochica, considerada una de las sociedades más complejas y desarrolladas del antiguo Perú.

Los arqueólogos descubrieron en las últimas semanas un templo adornado con unos 30 dibujos o grafitis con representaciones en la zona conocida como Mata Indio, entre los distritos de Zaña y Cayaltí, en la región norteña de Lambayeque.

El arqueólogo, que descubrió en 1987 al soberano mochica, que ha sido comparado por su magnificencia con el faraón egipcio Tutankamón, remarcó que ahora buscan resolver “el enigma del nacimiento de esta cultura”.

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“Por eso, estamos investigando no solamente los grandes monumentos, que son de la etapa clásica, sino los pequeños, en las zonas marginales de los valles, que pueden ser el indicador de cuáles fueron los primeros templos y palacios”, acotó.

El arqueólogo Édgar Bracamonte, encargado de los trabajos de campo en la zona de Mata Indio, indicó que “en el sitio se ha tenido una recuperación, donde los restos más importantes son de la cultura mochica. Se ha podido hallar un templo de la fase temprana, pintado de blanco y amarillo, con algunos diseños de grafiti con aspecto ideológico y funcional”.

Añadió que se trata de “un sitio extenso”, que ocupa unas 2.500 hectáreas, donde también se han encontrado construcciones en piedra y canales, un cementerio y dos montículos, en el más grande de los cuales se ha excavado el templo.

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Los diseños, especificó Bracamonte, tienen forma de cruces y grabados “colocados a lo largo de toda la fachada interior y alineándose con la arquitectura del sello final”.

“Es parte del proceso ritual del edificio, se le colocó un sello de arcilla y sobre este se reocupó”, aseguró antes de indicar que existen evidencias de las ocupaciones que hubo de las culturas mochica, lambayeque, chimú e inca. (I)