Las escenas de acción son el elemento fundamental de la película Mad Max: Fury Road. Pero en este particular caso, muchas de ellas ocurren sobre cuatro ruedas, en los gigantescos, monstruosos y veloces carros que se utilizaron y que son parte de la trama (un mundo en el que el agua y los combustibles son escasos).

Parte del gran presupuesto de 150 millones de dólares se destinó para construir más de 150 vehículos que se usaron durante la filmación.

El ritmo frenético, que incluye persecuciones a toda velocidad en las que los protagonistas de la historia se movilizan en estos vehículos, hace pensar que se utilizó tecnología de punta en efectos especiales, pero según una nota de The Hollywood Reporter, los autos que se ven fueron conseguidos en reciclaje, visitas a desguazaderos y otros fabricados especialmente para el filme.

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“Aquí no hay una respuesta en los gráficos generados por ordenador (CG), no hay una salida fácil”, fueron las palabras de Colin Gibson, director artístico de la película, recogidas por el sitio español de cine hoycinema.abc.es.

Gibson fue quien inspeccionó la fabricación de todos los vehículos para que lucieran como necesitaba la historia.

Entre los carros que aparecen destacan modelos como el Peacemaker, hecho con piezas de un Plymouth Valiant vintage de los 70 y tanques de depósito. También está el Gigahorse, que nació de la fusión de dos Cadillacs Coupe deVilles. En este caso le pusieron un par de motores de Chevrolet V8, una caja de cambios hecha a mano y llantas de tractor, y le añadieron armas.

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Estos son, quizás, dos de los carros más raros hechos para una cinta, por lo que son conducidos por especialistas. Según Gibson, el Gigahorse recuerda la idea de un mundo despojado, donde la mayoría no tiene nada y los dos Cadillacs son una referencia a un gran pasado.

A pesar de todo el trabajo mecánico, sí se usaron trucos digitales para replicar algunos autos, sobre todo en las escenas de planos abiertos. (E)