Para muchos solo es un pan con chorizo, y sí, es eso. Pero para los argentinos el choripán es tradición. A pesar de ser un plato sencillo, la elección de sus ingredientes y las salsas que lo acompañan determinan su sabor.

Según el chef Diego Lavalletto, quien llegó desde Buenos Aires a Ecuador hace trece años, el chorizo que se usa es crudo, una combinación de carne de res y cerdo, que se cocina a la brasa, luego se corta por la mitad (como una mariposa) y se lo sella.

Agrega que el choripán original se hace con panes que se llaman flautita y milonguita, dos variedades con una costra firme por fuera (son panes de agua) y una gran miga. “En el mercado local se adapta con pan baguette, uno artesanal o el campestre”.

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Junto a este platillo, que sería tan importante en la gastronomía de Argentina como el bolón en la ecuatoriana, no puede faltar un aderezo esencial: el chimichurri. También puede ir acompañado de salsa criolla o ají, y dependiendo del gusto, tomate y lechuga. Si se le quiere dar un toque más refinado, puede agregar mayonesa de frutos secos.

En tanto, Néstor Barbero, de La Gauchita, vende este alimento desde que arribó al país a inicios de los años 90.

“Yo apenas llegué me puse una carreta de choripán en Salinas, luego abrí el negocio hace 19 años (en Guayaquil). Nosotros hacemos los embutidos y los panes”, comenta Barbero, quien añade que en su país (Argentina) el ‘chori’ se lo come a cualquier hora: “Como los gringos con las hamburguesas”. También, asegura, lo ingieren al ir al estadio, luego de una fiesta, como una entrada o un almuerzo rápido.

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Otro argentino, Pablo Quintana, chef del restaurante Lola Lolita, expresa que el choripán es parte de la tradición popular y está presente en todas las familias, sin importar clase social. Ciertas variaciones o presentaciones le pueden dar un toque más criollo o elitista. Quintana señala que es el plato más popular en las sangucherías. (E)