Luego de 49 días desde que empezó el rodaje (16 de marzo), el director quiteño Sebastián Cordero está por terminar su nueva película Sin muertos no hay carnaval.

Esta semana estuvo filmando en Monte Sinaí, donde se desarrolla parte de la trama, que aborda el tema de las invasiones y el tráfico de tierras.

“Es una peli muy coral, tiene varias historias de muchos personajes sucediendo en paralelo y algunas confluyen en este lugar (Monte Sinaí)”, dice el cineasta, quien agrega que ya habían grabado ahí en la segunda semana y en días siguientes, pero esta semana que pasó hicieron el ‘grueso’ de las escenas que se desarrollan en ese barrio.

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Cordero comenta que la experiencia de filmar en este sector popular ha sido bastante fuerte por la fecha en que se lo hace, pero fue a propósito, debido a que es el mismo tipo de asentamiento que pedía el guion y porque el entorno verde que hay en esta temporada lo ayuda a mostrar lo que él quiere.

Añade que les ha ido bien, aunque con algunas complicaciones como las lluvias, que provocaron que tuviera que introducir escenas con lluvia real a pesar de que ese detalle no estaba en el guion.

Según el director, esta es una cinta de personajes y locaciones, “de las muchas facetas de Guayaquil”. Sin embargo, entre el 15% y 20% de las escenas ocurren en Monte Sinaí, de acuerdo con un cálculo rápido de Cordero.

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La manabita Antonella Valeriano, de 21 años, quien interpreta a Samanta, la hijastra de 15 años de Lisandro Terán (rol de Andrés Crespo), estuvo en el rodaje de esta semana en Monte Sinaí. Ella cuenta que esta es su primera experiencia en cine (antes había trabajado en teatro) y que para su preparación del personaje se acercó y observó cómo se desenvuelven las adolescentes afuera de los colegios y mientras viajan en el transporte público.

“(Samanta) calla, aguanta y soporta las cosas que ve y que le hacen”, dice Valeriano.

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Además de los actores, Sin muertos no hay carnaval tiene un equipo de producción de 97 personas, al margen de los extras y ayudantes, refiere el productor Arturo Yépez.

Él señala que en los días que restan de rodaje (poco más de una semana) se filmarán algunas escenas en el Hospital Militar y en el estadio Alberto Spencer. Luego de finalizar la filmación, todos se tomarán un par de semanas de descanso, para después empezar con la edición, que se hará entre Quito y México. (E)